Vamos
al Callao!
Torreón
del Rey de la Fortaleza del Real Felipe
El
Callao – Perú
Esta semana el Callao me
sorprendió positivamente. Tras aterrizar en el aeropuerto Jorge Chávez, crucé
el Callao sin sentir que recorría una ciudad desordenada, en desventaja y sin
mayores posibilidades de mejora. Por el contrario, me topé con una Av. Faucett
iluminada, cuyo tránsito fue fluido, con muchos menos bulla de la que Lima
ofrece cotidianamente y con más orden vehicular del que podía esperar. A esta
una buena impresión, casi en automático, se le sumaron las simpáticas anécdotas
que por años he escuchado sobre La Punta y se me ocurrió conocer un poco más
sobre esta pequeña pero importantísima Provincia Constitucional, con más de
900,000 habitantes, por donde entra y sale la mayor parte de productos que
compramos y vendemos al mundo y que constituye la primera tarjeta de
presentación para los más de 3 millones de turistas que nos visitan.
Mucho que contar
Escenario de combates,
batallas y ataques piratas, protegido por la enormidad de San Lorenzo, el
Callao ha sido un territorio muy importante para el Perú desde la época
precolonial por sus atributos geográficos y extraordinaria ubicación costera.
Conectado luego a Lima con el primer ferrocarril de Sudamérica, con 14
kilómetros de longitud, siempre fue nuestro Primer Puerto, y por años también
el más importante de la región e incluso de toda la costa del Pacífico.
Fue, igualmente, el lugar
preferido de varias generaciones de inmigrantes, destacando los italianos,
quienes se afincaron principalmente en Chucuito, desde donde empezaron diversas
actividades empresariales, muchas de ellas asociadas a la panificación y
comercio. También fue cuna de la primera compañía de bomberos, fundada por
ingleses residentes en la ciudad portuaria.
Con el paso de los años
surgen las fábricas ligadas a nuestra riqueza marina, con lo cual se han
exportado, vía el puerto, millones de toneladas de harina de pescado al mundo.
Teniendo como punto de partida la exitosa industria pesquera, de harina y
conservas, el Callao poco a poco desarrolló actividades derivadas, como la
metalmecánica, construcción y reparación de naves, sacos y envases, sin dejar
de mencionar, por otro lado, la importancia de su industria molinera, de
fideos, de cerveza, etc., todas juntas, dando un importante impulso económico a
la zona.
Perfil
de la Isla San Lorenzo, de glorietas, y del rompeolas de la Escuela Naval del
Perú
vistos al anochecer desde Cantolao
Alas y velas
A nivel de infraestructura,
el Callao es sede de nuestro más importante aeropuerto, varias veces premiado
en el ámbito internacional –gracias a la inversión privada y a una excelente
gestión-, y de un cada vez más competitivo Primer Puerto, hoy operado también
por manos privadas con importantes compromisos de inversión y modernización. APM Terminals y DP World, quienes operan los muelles norte y sur, respectivamente,
se hacen cargo de recibir más de 3 mil naves de carga anualmente, movilizando más
de 1,6 millones de contenedores.
Lamentablemente, este
espacio es muy reducido para todo lo que se puede hablar del Callao: la Escuela
Naval, el Castillo del Real Felipe, su afición por la salsa, su picardía, su
historia náutica, sus regatas, y hasta sus héroes futboleros. Celebro los avances
de esta importante ciudad.
Fuente:
Bruno Giuffra, Empresario / El Comercio,
Somos N°1346
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