sábado, diciembre 15

Callao Historia : Las Eleciones y el voto de la mujer


LAS ELECCIONES : EL VOTO DE LA MUJER
 

Una mujer votando en las elecciones de 1956

En el presente año se cumplió un aniversario más de la oficialización del voto femenino en el Perú, derecho introducido el 7 de setiembre de 1955. Recordemos que el avance del liberalismo influyó en la lucha por los derechos de la mujer en la vida política. Desde finales del siglo XIX, mujeres como Juana Manuela Gorriti, Teresa Gonzáles de Fanning, Mercedes Cabello de Carbonera y Margarita Práxedes, entre otras, reclamaron la participación de la mujer en la política nacional. Luego, muchos de sus planteamientos fueron recogidos por la primera feminista peruana, María Jesús Alvarado, quien hacia 1911 pidió el sufragio femenino al plantear que la supuesta “inferioridad” de la mujer se debía a factores históricos y no a la naturaleza femenina. Fundó Evolución Femenina en 1914, institución que logró el acceso de las mujeres a cargos públicos, como en los de las Sociedades de Beneficencia Pública (1915). La propia María Jesús Alvarado ocupó un puesto de concejal en la Municipalidad de Lima. Finalmente, sus luchas feministas la llevaron a la deportación durante el Oncenio de Leguía.

Luego, el Primer Congreso Nacional Aprista, celebrado en 1931, reconoció la legitimidad del derecho del voto a las mujeres. Pero a continuación esta iniciativa fue desestimada porque existía el temor que el voto femenino fuera de tendencia conservadora. En otro congreso de la misma organización política (1948) se endureció la postura, y tuvo como consecuencia que a las militantes apristas no se les reconociera como miembros activos del partido, pues no poseían el rango de ciudadanas, circunstancia que marcó la ruptura de la escritora Magda Portal con el llamado “Partido del Pueblo”.

Demás está decir que entre 1930 y 1950 muchas mujeres, sin pertenecer a ninguna organización feminista plantearon sus reivindicaciones. Fue el caso de la participación sindical femenina en las organizaciones obreras. Sin duda, un logro importante se logró cuando en 1932 el Congreso Constituyente permitió a las mujeres votar en las elecciones municipales. El problema fue que casi nunca se convocaron este tipo de consultas debido a que la mayoría de los gobiernos que tuvo el país eran autocráticos y reñidos con la Constitución.

El derecho de las mujeres a votar en las elecciones presidenciales se obtuvo el 7 de septiembre de 1955. Por iniciativa del dictador don Manuel A. Odría Amoretti (1896-1974), el Congreso aprobó la Ley N° 12391, que concedió ciudadanía y dio derecho a voto a las mujeres mayores de edad (21 años), y a las casadas mayores de 18 años que supieran leer y escribir. La dictadura odriísta, con fines propagandísticos, consideró que alrededor de un millón de votantes se incorporarían a los padrones para las elecciones de 1956. Pero las mujeres eran mayoritariamente analfabetas, lo que las excluía del voto. Por ello, en junio de 1956 sólo las mujeres alfabetas participaron por primera vez en elecciones presidenciales, en este caso cuando salió elegido don Manuel Prado Ugarteche (1889-1967).

Con respecto a este tema de derecho se dijo que fue un “regalo” del presidente Odría, quien esperaba hacer ganar a su candidato (el cual no triunfó), contando con el voto femenino, y que como efecto y consecuencia de esa conquista no hubo ninguna presión ni movilización por parte de las mujeres. Pero, como hemos visto, esto significaría desconocer completamente el aporte de muchas mujeres, que desde inicios de siglo lucharon por sus reivindicaciones. Por último, es preciso añadir que luego de la Segunda Guerra Mundial, el sufragio femenino se extendió por el mundo y fue incorporado como derecho en la Carta de Naciones Unidas. Más aún, como veremos a continuación, ya era una conquista ganada en la mayor parte de América Latina, y el Perú fue de los postreros países en incorporar a su legislación el derecho al sufragio femenino.

 
CRONOLOGÍA DEL DERECHO AL VOTO FEMENINO EN AMÉRICA LATINA

1924 Ecuador
1932 Brasil
1932 Uruguay
1934 Cuba
1939 El Salvador
1942 República Dominicana
1944 Jamaica
1945 Guatemala
1945 Venezuela
1945 Panamá
1947 Argentina
1949 Costa Rica
1949 Chile
1952 Bolivia
1953 México
1954 Colombia
1955 Perú
1961 Paraguay

 

Libreta Electoral Municipal de 1946
 
 
 
                                                                              
 
 

 
 

Fuente:

BLOG de Juan Luis Orrego Penagos
Historia del Perú, América Latina y el mundo, Siglos XIX y XX
Ciudadana, Perla Felícita Whitehead Bravo

viernes, noviembre 23

Narraciones Porteñas : El Bravuco, el reencuentro, el adios


EL BRAVUCO

Aunque chalaco de pura cepa, había llegado de la ciudad de Chimbote sólo algunos días antes. Dos o tres años de su vida los compartió por esos lares. Sí: recordaba sus calles, muchas de ellas aún sin asfalto. También venía a su mente el inconfundible olor a harina de pescado, que había convertido a este pueblo en una floreciente ciudad de pescadores e industriales. Era el boom pesquero de los años 50 cuando su padre logró aprovechar aquellos momentos de bonanza para convertirse en un próspero comerciante.
Salió de su casa rumbo al que sería su nuevo colegio. Era el primer día de clases. En el camino iba degustando un delicioso pan con mantequilla que amorosamente su madre le había preparado. Sólo cuatro cuadras separaban su nuevo hogar -en la segunda cuadra de la calle Colón del Callao- con su nueva escuela. Cuando llegó le llamó la atención la vieja edificación de madera, realmente muy antigua. Ingresó y en el interior había un gran bullicio: niños corriendo de aquí para allá, adolescentes conversando en algunos rincones, y él, parado en el patio, dubitativo y algo temeroso. De repente sonó la campana y una voz altisonante mandó a los alumnos a formación. Se paró en una fila, conjuntamente con los niños  que serían sus compañeros de clase. Algo le llamó mucho su atención: era un olor muy penetrante, conjuntamente con un brillo muy especial que notaba en el piso del patio del colegio. Luego, advertiría que se debía al petróleo que habían utilizado para limpiarlo.
Echaba una mirada por aquí, otra por  allá. No conocía a nadie. Tenía  siete u ocho años de edad. Estaba acostumbrado a caminar sin recelo por las calles, y, a la sazón, ya era  alumno del 1ro. de primaria. Llevaba consigo una maletota con sus libros y algunos cuadernos forrados con el infaltable papel azúl y vinifan, amén de lapiceros, lápices, borradores, tajadores, además de la también infaltable caja de colores, todos estos artículos metidos en una gran cartuchera; el uniforme del colegio era el inconfundible comando color kaki, con su corbatita que se la ajustaba al cuello con una liga, que de rato en rato la jalaba como un resorte.
A su costado, un niño comía con gran gusto un pan con jamonada. De repente se acercaron a él un grupo de alumnos del mismo salón, y uno en especial,  blanquiñoso,   gordo y muy pequeño de estatura, con aires de matón, con voz cavernosa: lo tomó de la solapa, y le susurró algo al oído. El muchachito, asustado,  sólo atinó a ofrecerle su sánguche. El matoncillo  lo tomó y se lo empezó a comer, no sin antes sonreír de una manera muy burlona. Seguidamente, el mismo personajillo se acercó a Lucas e intentó hacer lo mismo, sólo que esta vez el pequeño Lucas, al comienzo sorprendido, y luego muy irritado, atinó a darle un sófero trompón en plena nariz. Acto seguido, se trenzaron en una bronca descomunal. El pequeño atrevido logró empujarlo, rodaron ambos por el suelo,  golpeándose mutuamente, siendo el gordo el que llevaba la peor parte. Los alumnos que rodeaban a los niños únicamente acertaban a vociferar improperios:
- !!Sácale la mierda…!!
- ¡¡Dale duro a ese huevón…!!  -escuchaba Lucas-.
A los pocos minutos, un fuerte tirón en la oreja lo paró en medio del patio. Era uno de los auxiliares de disciplina, que había llegado a imponer el orden. Con su uniforme kaki hecho una desgracia, producto del petróleo del suelo, ahora sólo era una gran mancha grasosa, además del olor característico.
Era el primer día de clases, los alumnos del 5to. de secundaria lo habían rescatado,  y, al parecer, les cayó en gracia, pues desde ese día se convirtió en su mascota. Casualmente  el 1er. año  de primaria formaba al costado de los de 5to. Cada día de clases,  él  los miraba sonriente, y durante todo ese año gozarían con sus ocurrencias.  Por ese motivo se ganó un apodo que lo perseguiría toda su vida: Loquillo.

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Reencuentro

- Lucas… ¡¡le están sacando la m… a tu pata, al Gordo…!!   -le pasaron la voz-.

- ¿Dónde?  -preguntó-;

- En los malacates de 4to…  -le respondieron-.

Raudamente se dirigió a los baños del colegio. Cada año tenía su pabellón de servicios higiénicos: filas de inodoros, sin puerta, donde los cadetes efectuaban sus necesidades personales. Eran llamados los malacates.
Se acercó al grupo; les hizo una venia, y preguntó:
-  ¿Qué pasa…?
- ¡¡No pasa nada…!!!  -fue la respuesta mientras pateaban al Perro (que era como denominaban a los cadetes del 3er. año)-. Éste lo miraba con mirada suplicante. Lo trataban duramente. Lucas únicamente atinó a mirar, sin decir palabra. Eran de su promoción. Sólo podía  esperar, y así lo hizo hasta que se fueron.
Sudoroso, magullado; un hilo de sangre descendía por la nariz del Gordo, quien sollozante sólo se quejaba con voz temblorosa:
 - ¡¡¿Dónde estabas, ‘uón?… Me han sacado la m...  ¿dónde estabas?
Lucas lo miraba, no le contestaba, sólo lo miraba, mientras el Gordo seguía llorando y quejándose:
 - ¡¡Eran grandazos !! Me hicieron hacer planchas, ranas, canguros,...  Me pateaban y golpeaban,… ¡¡¡Conche’sus madres…!!!
- Gordo, no jodas: aquí no puedes dártelas de matón. Sólo tienes que hacerte el huevón, ¡¡y nada más…!!    -le contestaba  Lucas, que era su amigo desde los años iniciales de estudio-.
El Gordo, alumno del 3er. año del Colegio Militar, con sus aires de maloso, se había encontrado con la horma de sus zapatos. Se había ganado la antipatía no sólo del 5to. año, sino también de los de 4to. Y lo buscaban y perseguían para joderlo y meterle su pateadura por eso, por empalado y matón. Lo peor de todo era que no tenía ni cuerpo, ni talla para responder,  por ese motivo siempre salía perdiendo, duramente golpeado y lo, para colmo de males, ya lo tenían marcado, y ni su amigo Lucas lo podía proteger porque las tradiciones del colegio no lo permitían.
 
Castigo físico
 
 
Malacates
 

Bautizo a los “perros”
El Adiós
Totalmente acongojado, recordaba con tristeza su primer encuentro con él. Habían pasado ya tantos años. Dicho encuentro había terminado en una broncaza a pesar de sus cortas edades. Se harían amigos luego; aunque con recelos. Por una parte, el grupo del Gordo, que cometían abusos con los compañeritos del salón, y el grupo de Lucas, que protegía a los mismos.
Se habían reencontrado en el Colegio Militar algunos años después. El Gordo había perdido un año escolar y Lucas se había convertido en  su protector. Aquel, fiel a su estilo, con sus aires de maloso, había sido víctima muchas veces de su propio carácter, y no solamente se ganó antipatías sino también unas tremendas palizas propinadas por cadetes de años superiores, y, cuando estaba en 5to., cometía los mismos abusos que creía su grado le permitía, aunque algunas veces él mismo recibió algunas pateaduras propinadas por cadetes de años inferiores. Recordemos que su cuerpo no le deparaba ninguna ventaja. A las finales logró terminar la secundaria con mucho sacrificio.
Llevado por sus ímpetus y del dinero fácil, fue cayendo poco a poco en un hoyo profundo del que nunca podría salir. La malas juntas terminaron por llevárselo por caminos non santos.
- Loco, cuñao:   Loquito… ¿cómo estás ?... -recordó su pregunta-.
En esa oportunidad, Lucas sólo lo había mirado, atinando a ofrecerle un gran abrazo, un abrazo prolongado de amigos de verdad. Se habían visto después de muchos años, y a pesar de las profundas diferencias se tenían gran cariño… rememoró…
Ese día el Gordo sólo atinó a decir:
 - ¡¡Espérame, ya bajo…!! ... ¡¡espérame...!!
Luego de algunos minutos bajó ofreciéndole  un paquete:
- ¡¡Para ti…!!, ... ¡¡Es para ti…!!
Recordó también ese momento: lo había mirado esbozando una ligera sonrisa, tomando  el paquete y guardándolo,  algo nervioso. Se despidió y había proseguido  su camino, no sin antes pulsear lo que contenía el paquete: era un bulto que contenía unas yerbas medicinales.
Siguió caminando, haciendo memoria de buenos y malos tiempos, de momentos de niñez, de juventud, de jolgorio y también de tristezas. Sólo pensaba y recordaba. Alzó su vista al cielo, y empezó a ofrecer algunas oraciones.
Cruzó la puerta del camposanto y en un momento volteó con un nudo en la garganta, solo pudo pensar:
- Hasta siempre, amigo …¡Hasta siempre…!
Hugo Pazos CMLP-XXIV

 
 
 
 

domingo, noviembre 11

Etimología : Consideraciones sobre un chalaquismo


CONSIDERACIONES SOBRE UN CHALAQUISMO
 

Los pueblos, según lingüistas y tratadistas, sin que les falte razón, son los dueños del idioma, y quienes imponen palabras, expresiones y giros que antes o después los aceptarán doctos académicos, pasando los vocablos, consecuentemente, a ocupar su lugar en los diccionarios. Al reconocer esto no se quiere decir que los pueblos no incurran en gazapos ni que sean infalibles, porque nadie, absolutamente nadie en la vida y en este mundo se halla libre de error ni de equívocos. Nuestra existencia no discurre en dimensiones donde las cosas son blancas o negras absolutas, sino que nos movemos inmersos en una serie infinita de claroscuros, de grises, de confusiones, de incertidumbres y vacilaciones, donde cada día vamos enterándonos de novedades y conociendo hechos hasta ese instante desconocidos, sin que jamás lleguemos al dominio de la verdad total y definitiva.
Precisamente una de estas cuestiones que nos ocupa son las locuciones con heterogéneas grafías, y sobre la que escribo este breve enfoque, el mismo que pongo en consideración del lector de Callao Querido. Quede de entrada claro y establecido que no atenderé a la cuestión histórica, a su origen, a su paternidad, ni al tiempo y circunstancias en que se expresó por vez primera. El ámbito del presente artículo no va más allá de cómo es o debe ser su grafía u ortografía más adecuadas, y en qué fundamento mi tesis.
Veamos unas citas:- En la página:

QUÉ SIGNIFICA - CHIM PUM CALLAO

Chim Pum Callao! Es el grito del alma del pueblo del Callao. Es una expresión de guerra, es una frase de aliento viril, es una arenga a la lucha, es un grito de triunfo, es un grito de felicidad, es un canto de júbilo popular y también un grito de orgullo.
El origen de Chim Pum Callao es obscuro y debatible. El historiador Teodoro Casana Robles sostiene que el creador de la frase fue don Dorilo Marcelo en la mitad de este siglo. Pero, se sabe que sea cual sea su origen y sea cual sea su escritura, lo importante, es que este grito nos identifica y nos distingue. Este grito nos hace sentirnos orgullosos, nos une y nos alegra. La frase ya no es más una simple frase, es el espíritu del Callao.
¡Chim Pum Callao!
Tengamos presente el hecho que aquí Chim Pum Callao está escrito con dos emes: Chim y Pum. Prosigamos.
En la página de Callao Querido con título La identidad chalaca, su emblema y colores leemos lo siguiente:
- La expresión “Chim Pum Callao” a través de la historia de nuestro puerto es el sentir y expresión de los chalacos que en grupo manifestaban su presencia en reuniones públicas. Con esta expresión iniciada por un ciudadano gritando a viva voz ¡CHIM PUM! hacía y hace que los demás presentes respondan en coro ¡CALLAO!, esto, como grito de valentía, victoria, logro, fortaleza, firmeza, convicción, orgullo, unión, etc.
Y continúa Callao Querido:
- Existen muchas historias sobre el origen de esta expresión, pero la que más se asocia a este sentir es la relatada por el Coronel Néstor Gambetta en su obra literaria del año 1936: “Cosas del Callao”:
- “Hay que observar la mala escritura de la primera palabra haciéndolo con “m”, cosa imposible gramatical y fonéticamente, porque las dos sílabas que completan el grito de guerra no están unidas, si no que forman dos palabras distintas. De allí que “Chin” y “Pun”, conserven su propia ortografía, y esa fonética algo “achinada” o parecida al apellido de algún herbolario...
Respecto a su origen, fue en aquella época en que fanáticos parciales de don Alberto Secada y de don Rafael Grau, iban arrastrados por sus queridos caudillos en pos de un ideal político. Quizá si las huestes de don Alberto supieron primero del grito legendario, antes que las que obedecían y amaban a don Rafael. Pero en el transcurso del tiempo, ambas facciones lanzaban en las manifestaciones las dos primeras palabras de la frase que hoy es la voz de aliento del pueblo chalaco deportista. No interesa saber sino que entre nosotros el “Chin… Pun”, cobró vida y creció vigoroso.
Un grupo que viva a su ídolo por la Matriz, otro grupo que contesta por el 2 de Mayo. El viento que se lleva a un lado el eco y el mismo viento, voluble, que del otro lado lo devuelve. Es una platónica llamada al valor y al sacrificio por su caudillo. Se buscan los unos a los otros; nadie rehúye el encuentro; entre un mar de aplausos y de hurras, de arengas y de vivas…, se divisan ya los grupos contrarios; las gargantas enronquecen; los hombres se agrupan en torno al candidato que va adelante; los puños se alzan apretados y amenazantes; las distancias se acortan; estalla la tempestad con furor desconocido, y de pronto suena el silbido escalofriante de un disparo que sale de la boca de humeante pistola; se escuchan disparos por varias partes… Pero no todos los disparos van al aire; un hado fatal ha doblado los férreos músculos de uno o más entusiastas que se desploman en uno o en otro bando. Los ayes de dolor apagan la fuerza de la voz vibrante. Algunos cayeron y yacen tendidos, porque las trayectorias de las balas fueron horizontales y a muy pocos centímetros del suelo.
Las gentes, al comentar estas luchas, entre “machos”, las referían con la escena del... “Chin Pun…”, y estas únicas palabras servían para designar que había ocurrido un choque en el que hicieron tiros al aire o al bulto… Hoy hubo “Chin...Pun”, decía a su comadre una vecina del Callejón del Pueblo, u otra que más allá comentaba los resultados de la jornada en la que había tenido destacada actuación fulano o zutano, fogosos elementos locales dados íntegros por sus candidatos.
Después, los fanáticos deportistas que en todo tiempo han formado las barras del “Atlético Chalaco”, al acompañar a sus favoritos en la contienda, con sus valientes rivales de la capital, no dejaban de llevar consigo algunos medios de hacer “ruido”, oyéndose a menudo como corolario del “Chin Pun” el tronar de un petardo que causaba nerviosidad en quienes no sabían ni vislumbraban de dónde salía el polvorazo. Entonces, por sí solo se añadió a la palabra “Callao” y tomó forma y fondo, el grito ahora histórico de...”Chin...Pun...Callao”, que abarcaba el nombre del club y del puerto. A los gritos de “¡Viva el Atlético Chalaco!”, o de “¡Viva el Buenos Aires, Callao!”, o de “¡Viva el Jorge Chávez, Callao!”... Al ¡Viva!, se impuso el “¡Chin… Pun… Callao!”
Otros han tratado de igualar o de plagiar esas clarinadas del deportismo chalaco, pero no lo han conseguido, porque copiado resulta ridículo y no responde al énfasis que cada porteño sabe poner en ellas en el momento en que las lanza para llevar al atleta que disputa el triunfo ese soplo vivificante y reparador que los transforma en el instante álgido de la lucha; y rehaciéndolo, lo conduce a la victoria, cuando se presume el peligro de la derrota.
“Chin… Pun”, no es, pues, un grito importado de fuera ni tomado de extraña institución. No es cierto que lo hayamos tomado de extraña institución. No es cierto que lo hayamos hecho nuestro a raíz del arribo de la Fragata Argentina “Presidente Sarmiento”, allá por el año 1912, como lo afirman algunos muy dispuestos siempre para otorgar al extranjero iniciativas, honores, talento, restándole al nacional todas sus condiciones, virtudes y saber. “Chin… Pun”, es nuestro; es una exclamación que brota espontánea y resuelta del pecho del aficionado chalaco, que supo adaptarla al oírla, cuando se ponía a prueba el valor y el buen nombre de sus caudillos que disputaron leal y caballerescamente el éxito en el ánfora y fuera de ella, inculcando las convicciones que heredaran, y dejándolas luego como atávica ley a su pueblo, a este pueblo chalaco, siempre libre, siempre rebelde, siempre noble, siempre activo…”
Hasta aquí la cita de don Néstor Gambetta, quizás un tanto extensa, pero vale la pena consignarla y leerla.
 
Ahora nuestra opinión:

Respetamos los argumentos gramaticales de don Néstor Gambetta, pero no estamos de acuerdo con lo que respecta a PUN. Bien es cierto, por una parte, que antes de b ó de p siempre es m, cosa que podría no darse en este ejemplo, ya que, como él bien dice, se trata de dos palabras distintas, de Chin y de Pun. Recordemos su razonamiento:
- Hay que observar la mala escritura de la primera palabra haciéndolo con “m”, cosa imposible gramatical y fonéticamente, porque las dos sílabas que completan el grito de guerra no están unidas, si no que forman dos palabras distintas. De allí que “Chin” y “Pun”, conserven su propia ortografía, y ... etc., etc.
Digamos de paso que encuentro natural que exista esta diferencia de opiniones, tanto más por cuanto la expresión vio la luz sin partida de nacimiento y, aunque la hubiera tenido, según todos sabemos, en el Perú casi no hay partida de nacimiento que no adolezca de inexactitudes, lo que resulta muy conveniente y beneficioso a los registradores, a los abogados, a los notarios y a los jueces, y también al Jirón Azángaro, pero muy dañino, nocivo y pernicioso para el Estado -aunque éste no quiera darse cuenta-, y sobre todo, para el interesado, para el ciudadano común y corriente. Sigamos nuestra argumentación.
Hay otra consideración, y es que no tenemos noticia que alguien haya patentado el lema, al menos en su variante expresiva, como se usa en El Callao y en el Perú.
Dicho lo dicho hasta ahora, tomemos en cuenta algo de capital importancia en que todos coinciden ya fuere con n o con m finales: nació y sigue existiendo como como grito de guerra, como expresión del alma, como voz de aliento, como exclamación espontánea, como soplo vivificante, etc., etc., lo que debe darnos pie y pauta, repito, para comprender su derivación y reflejo gráficos.
Cuando pronunciamos Chim (con m) hemos de juntar los labios. La letra m, como la b y la p son bilabiales. La m es nasal y bilabial. Si hacemos la prueba, no podemos pronunciar Chim con los labios abiertos, sino que nos vemos obligados a juntarlos, a unirlos. Contrariamente pasa con la n: cuando gritamos Chin (con n) acoplamos la lengua contra la base de la boca y la fila dental inferior, y abrimos los labios, permaneciendo abiertos durante el grito, no cerrados como Chim -con m-. Chin -con n- dícese, pues, con los labios abiertos, y Chim -con m-, con los labios cerrados. De forma parecida sucede con Pun y con Pum, respectivamente.
Para su representación gráfica, creo, debemos tomar en consideración lo que consignan las fuentes nombradas (recordemos que nos describen como el tronar de un petardo), o sea la manifestación de un estampido repentino, de un hecho detonante, ruidoso y estrepitoso instantáneos. Nos hallamos pues frente a un fenómeno onomatopéyico -que imita o recrea el sonido de algo, de alguna cosa, etc.-.
Ahora bien: la primera de las palabras contiene i; la segunda, u, donde la i hace sonido ascendente y estridente, agudo, punzante, chillón, alto, destemplado, de corta extensión, como el silbido de un petardo que sube, que va hacia las alturas y revienta, y se agota, para lo que requiere la compañía, dijimos, no de la m sino de la n. Contrariamente pasa con la u, que nos da un sonido si no descendente en picada sí en desnivel, yéndose desde la i a la u, y duradero por añadidura, esto es: multiplicante. Más todavía: encadenado con la m: resonante, retumbante, reverberante, rebotante, onomatopeyismo estruendoso a modo de eco, a modo de repercusión. Es justamente en este valor fónico de letras y sílabas, este encuentro y matrimonio de articulaciones y sonidos por el que fundamentamos que la forma gráfica más idónea sería ¡¡¡CHIN ... PUM ... CALLAO!!!
Reitero: aquí no discutimos cuál es o debe ser la forma correcta ni matemáticamente precisa de escritura ... ¡No! La forma correcta de escritura en el tema que tenemos entre manos, es como cada cual desea representarla, siendo éste un derecho inalienable que todos gozamos. En última instancia y en todo caso, sería como la pronuncia el pueblo en sus momentos de entusiasmo, de euforia y de alborozo deportivos. Paralelamente y por ello mismo, como sabemos desde antiguo que la práctica nos dirige y lleva hacia la verdad, en este asunto de la forma que uno se imagina la más idónea, debe servirnos el hecho que reproducimos o imitamos una cuestión objetiva, que pronunciamos casi una interjección como emitir un zambombazo o reventón vocales, una exclamación que gritándola tendremos presente en sus diferentes variantes:

1- ¡Chin ... Pun ... Callao!
2- ¡Chim ... Pum ... Callao!
3- ¡Chim ... Pun ... Callao!
4- ¡Chin ... Pum ... Callao!

Cada uno de nosotros, de acuerdo a su audición o capacidad auditiva, es capaz de comprobarlo con sólo pronunciarlo en sus varios modos. Para ello no requerimos ninguna herramienta ni artefacto adicionales, ni virtudes personales fuera de lo común, ni siquiera ser chalaco, sino sólo disponer de una garganta normal.
Recapitulando. Mi criterio personal es que la forma más expresiva, espontánea, efectiva, práctica, fiel, análoga y/o equivalente del chalaquismo examinado, que logra a mayor plenitud el objetivo onomatopéyico de emular el tronar de un petardo, con su súbita trayectoria ascendente, luego horizontal y apoteósica es ¡¡¡Chin ... Pum ... Callao!!!

 
Ricardo E. Mateo Durand
Tartu - Estonia
El Callao – Perú
 
Martes 06 de noviembre de 2012

lunes, noviembre 5

Nota Editorial : La Identidad Chalaca.- Su emblema colores e himno


LA IDENTIDAD CHALACA: SU EMBLEMA, COLORES E HIMNO

 

A través de la historia de la humanidad, las civilizaciones identificaron sus terruños, o sea su tierra natal, procedencia, circunstancias varias, etc., con dibujos, símbolos, alegorías y/o emblemas asociados a su medio geográfico. Paulatinamente este concepto fue evolucionando y se agregaron imágenes de sus actividades principales como batallas, actividades productivas, animales, herramientas, armas y personajes que encarnaban hechos trascendentales en su evolución histórica, de su devenir cultural.
Representación pictórica rupestre en la Cueva de Altamira (España)
Nuestro país no es ajeno a esta forma de expresión y lo vemos en las simbologías preincaicas e incaicas, de las diversas culturas que florecieron en nuestra historia durante el acontecer de miles de años. Asimismo, al iniciarse la conquista en nuestro continente vemos cómo los colonizadores también trajeron sus enseñas o pendones y escudos de armas, que los identificaban a ellos mismos e identificaban al titular de turno de la corona del reino o reinos que por entonces coexistían en La Península.
Representaciones de las Líneas de Nazca
Los tiempos pasaron y las ciudades fundadas por los españoles, así como también aquellas otras creadas posteriormente, hicieron de esta forma de identificación su representación nacional en banderas y escudos institucionales, en los que asignaron, igualmente, a los colores de sus emblemas la representación de su historia.
 
Personaje de la Conquista Española con vestimenta de la época y escudo de armas
No podemos como peruanos dejar de mencionar la historia de nuestro país a través de los colores rojo y blanco de nuestra bandera nacional, creada en Pisco por el Libertador, Generalísimo don José de San Martín, mediante decreto del 21 de octubre de 1820... “Dividida por líneas diagonales en cuatro campos, blancos los dos de los extremos superior e inferior, y encarnados los laterales, con una corona de laurel ovalada, y, dentro de ella, un Sol saliendo por detrás de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo".
Primera Bandera Peruana
Nuestra segunda bandera fue establecida durante el protectorado por el supremo delegado don José Bernardo de Torre Tagle y Portocarrero (1779-1825), lV Marqués de Torre Tagle, por decreto del 15 de Marzo de 1822... “La Bandera Nacional del Perú se compondrá de una faja blanca transversal entre dos encarnadas de la misma anchura, con un Sol también encarnado sobre la faja blanca.” Modificada por Decreto Supremo del 31 de Mayo de 1822, por una “... de tres listas verticales o perpendiculares, la del centro blanca y las de los extremos encarnadas, con un Sol también encarnado cobre la lista blanca”.
 
Segunda Bandera Peruana
Finalmente, el primer Congreso Constituyente del a República reunido el 24 de febrero de 1825, a propuesta del prócer Francisco Javier Mariátegui y Tellería (1793-1884) “...votó y aprobó que se adoptasen por la República del Perú, la Bandera, Estandarte y Escarapela designados por el Decreto Provisorio...” (De Torre Tagle, a 31 de Mayo de 1822).
Esta Ley promulgada por don Simón Bolívar el 25 de febrero de 1825, estableció: “El Pabellón y Bandera Nacionales se compondrán de tres fajas verticales, las dos extremas encarnadas y la intermedia blanca…”
La tercera y definitiva Bandera Peruana
El primer Escudo de Armas del Perú fue concebido por el Generalísimo don José de San Martín, mediante el mismo Decreto de 21 de octubre de 1820, que creaba la Bandera Nacional, diseñando al Escudo como “...una corona de laurel ovalada y dentro de ella el Sol, saliendo por detrás de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo. El Escudo puede ser pintado o bordado, pero conservando cada objeto con sus colores, a saber: la corona de laurel ha de ser verde, y atada en la parte inferior con una cinta de color oro; azul la parte superior, que representa el firmamento; amarillo el Sol con sus rayos; las montañas de un color pardo oscuro, y el mar entre azul y verde”.
Primer Escudo Peruano
El 25 de febrero de 1825, el Congreso Constituyente del Perú, presidido por don José Gregorio Fernández de Paredes y Ayala (1778-1839), dicta nueva Ley estableciendo lo siguiente: "Considerando que es necesario fijar el escudo de armas que distinga a la Nación, se decreta: Las armas de la Nación Peruana constarán de un escudo dividido en tres campos: uno azul celeste a la derecha, que llevará una vicuña mirando al interior; otro blanco a la izquierda, donde se colocará el árbol de la Quinua, y otro inferior y más pequeño, en que se verá una Cornucopia derramando monedas, significándose con estos símbolos las preciosidades del Perú en los tres reinos naturales.
El Escudo tendrá por timbre una corona cívica, vista de plano, e irá acompañado en cada lado de una bandera y un estandarte de los colores nacionales".
Segundo Escudo Peruano
Finalmente, luego de su establecimiento en 1825, el escudo fue ligeramente modificado mediante el Decreto Ley Nº11323 dado el 31 de marzo de 1950 por don Manuel A. Odría Amoretti (1897-1974), entonces Presidente de la Junta Militar de Gobierno.
Tercer y definitivo Escudo Peruano
El escudo de nuestra capital fue otorgado a Lima el 7 de diciembre de 1537 a solicitud del regidor limeño don Hernando de Cevallos, y conferida por Real Cédula firmada en Valladolid por el Emperador Carlos V y su madre, la Reina Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Fue diseñado y escrito en pergamino de cuero y estampado con el real sello de cera de S.M. y firma de su real nombre; luego, guardado en el Archivo del Cabildo. La Cédula ha sido transcrita en el libro 3ro. de Cédulas y Provisiones, 1a. parte, folio 17 correspondiente al Archivo del Municipio de Lima.
Las letras situadas fuera del blasón “IK” son las iniciales de Ioana y Karolus, Juana y Carlos. Junto con las estrellas de los Reyes Magos en su orla lleva como divisa en latín: “Hoc signum vere regum est”, traducido al castellano: “Este es el verdadero signo de los reyes”. Protocolarmente llaman a Lima "La muy Noble, muy Insigne y muy Leal Ciudad de los Reyes del Perú". La Lima de entonces, o Tres Veces Coronada Ciudad de los Reyes del Perú, como se le conocía, debió su apelativo al hecho de haber sido fundada el 18 de enero (1535) del antiguo calendario, el juliano -antecesor del actual, el gregoriano-, día en que por aquellos tiempos ya correspondía con la festividad de Epifanía, y de los Tres Reyes Magos, según la tradición católica.
Las águilas de y a ambos lados muestran el poderío del reino mientras que las coronas representan a los reyes protectores. La estrella grande encima de las cabezas de las águilas es la estrella que predice el destino. El color amarillo del pendón de la ciudad representa la religión católica. El gonfalón de la ciudad es del mismo color que el pendón del Santo Padre Jefe de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Las tres coronas, repetimos, son por las tres veces coronada Villa, que religiosamente induce a la presencia de los tres Reyes Magos, con la estrella que se encuentra encima de las tres coronas. La estrella de Belén es muy simbólica por la naturaleza católica y apostólica de los Reyes de España.
Escudo de la Ciudad de Lima
En cuanto a nuestro escudo chalaco, símbolo permanente adoptado en 1936,  por el historiador Dr. Teodoro Casana Robles, y declarado Emblema Oficial con motivo de celebrarse el primer centenario de la autonomía política de la Provincia Constitucional del Callao,  tiene su origen en la primera medalla del Callao conferida según decreto del 21 de setiembre de 1821, dado por el protector don José de San Martín, a raíz de la capitulación de las tropas del General Rodil acantonados en la fortaleza del Real Felipe, se concibió la idea de hacer perdurar este acontecimiento mandando acuñar medallones en la Casa de la Moneda, ubicada en Lima (1826). El emblema se descifra de la siguiente manera: un círculo dentro del cual va un torreón del Castillo sosteniendo una asta en la que flamea el Pabellón Nacional; el Astro Rey relumbra radiante por doquier y, el mar, que se asoma tranquilo, confirma como acto de fe las glorias de un pueblo valeroso. La Bandera Nacional representa sobre el torreón el episodio de la capitulación de la fortaleza del Real Felipe; o sea el último baluarte en la América del Sur de la dominación española; el Sol de la Libertad alumbra radiante la causa justa de la Independencia; los laureles significan también Libertad, Victoria, Heroísmo y Paz.
El escudo diseñado por el Libertador Simón Bolívar en febrero del año 1826 fue corregido como testimonio perdurable de la hazaña de los patriotas en el sitio del Callao.
Medalla de reconocimiento al Callao (1826)
Posteriormente, el 8 de marzo de 1834, luego del Decreto de la Convención Nacional ocurrido el día 7 del mismo mes, el mariscal y presidente del Perú, don Luis José de Orbegoso y Moncada (1795-1847), otorgó a la Ciudad del Callao el lema: La Fiel y Generosa Ciudad del Callao, Asilo de las Leyes y de la Libertad, con ocasión de la Convención Nacional presidida por don Francisco Xavier Luna Pizarro Pacheco (1780-1855), y producto del civismo chalaco en la lucha por la causa libertaria.
Medalla conmemorativa del Callao (1834)
El Escudo definitivo del Callao (en el caso que haya algo definitivo en esta vida), tiene como características: una torre almenada de la que pende el glorioso pabellón nacional, lo que representa la rendición del enemigo; un Sol radiante, que significa Libertad; la perspectiva de una mar tranquila, que evidencia un pueblo libre y los laureles inferiores laterales que es el reconocimiento a sus ciudadanos que se inmolaron en defensa de los ideales de una patria libre. Esta es, en suma, la representación del civismo y tradición de nuestro pueblo porteño.
Escudo actual del Callao
El 20 de Agosto de 1836, el Mariscal don Andrés de Santa Cruz y Calahumana (1792-1865), nombra al Callao Provincia Litoral, con autonomía propia, convirtiéndose esta fecha en su aniversario político. Sin embargo, sus celebraciones como Provincia Constitucional se realizan el 22 de abril, fecha que en 1857 la Convención Nacional aprobara unánimemente para honrar al Primer Puerto con dicho título.
La expresión  “Chim Pum Callao” a través de la historia de nuestro puerto, es el sentir y expresión de los chalacos que en grupo manifestaban su presencia en reuniones públicas. Con esta expresión iniciada por un ciudadano gritando a viva voz ¡CHIM PUM! hacía y hace que los demás chalacos presentes respondan en coro ¡CALLAO!, esto, como grito de valentía, victoria, logro, fortaleza, firmeza, convicción, orgullo, unión, etc.
Existen muchas historias sobre el origen de esta expresión, pero la que más se asocia a este sentir es la relatada por el Coronel Néstor Gambetta en su obra literaria del año 1936: “Cosas del Callao”, donde nos señala que: “Hay que observar la mala escritura de la primera palabra haciéndolo con “m”, cosa imposible gramatical y fonéticamente, porque las dos sílabas que completan el grito de guerra no están unidas, si no que forman dos palabras distintas. De allí que “Chin” y “Pun”, conserven su propia ortografía y esa fonética algo “achinada” o parecida al apellido de algún herbolario...
Respecto a su origen, fue en aquella época (1907) en que fanáticos parciales de don Alberto Secada y de don Rafael Grau, iban arrastrados por sus queridos caudillos en pos de un ideal político. Quizá si las huestes de don Alberto supieron primero del grito legendario, antes que las que obedecían y amaban a don Rafael. Pero en el transcurso del tiempo, ambas facciones lanzaban en las manifestaciones las dos primeras palabras de la frase que hoy es la voz de aliento del pueblo chalaco deportista. No interesa saber sino que entre nosotros el “Chin… Pun”, cobró vida y creció vigoroso.
Un grupo que viva a su ídolo por la Matriz, otro grupo que contesta por la plazuela 2 de Mayo. El viento que se lleva a un lado el eco y el mismo viento, voluble, que del otro lado lo devuelve. Es una platónica llamada al valor y al sacrificio por su caudillo. Se buscan los unos a los otros; nadie rehúye el encuentro; entre un mar de aplausos y de hurras, de arengas y de vivas…, se divisan ya los grupos contrarios; las gargantas enronquecen; los hombres se agrupan en torno al candidato que va adelante; los puños se alzan apretados y amenazantes; las distancias se acortan; estalla la tempestad con furor desconocido, y de pronto suena el silbido escalofriante de un disparo que sale de la boca de humeante pistola; se escuchan disparos por varias partes… Pero no todos los disparos van al aire; un hado fatal ha doblado los férreos músculos de uno o más entusiastas que se desploman en uno o en otro bando. Los ayes de dolor apagan la fuerza de la voz vibrante. Algunos cayeron y yacen tendidos, porque las trayectorias de las balas fueron horizontales y a muy pocos centímetros del suelo.
Las gentes, al comentar estas luchas, entre “machos”, las referían con la escena del... “Chin Pun…”, y estas únicas palabras servían para designar que había ocurrido un choque en el que hicieron tiros al aire o al bulto… Hoy hubo “Chin...Pun”, decía a su comadre una vecina del Callejón del Pueblo, u otra que más allá comentaba los resultados de la jornada en la que había tenido destacada actuación fulano o zutano, fogosos elementos locales dados íntegros por sus candidatos.
Después, los fanáticos deportistas que en todo tiempo han formado las barras del “Atlético Chalaco”, al acompañar a sus favoritos en la contienda, con sus valientes rivales de la capital, no dejaban de llevar consigo algunos medios de hacer “ruido”,  oyéndose a menudo como corolario del “Chin Pun” el tronar de un petardo que causaba nerviosidad en quienes no sabían ni vislumbraban de dónde salía el polvorazo. Entonces, por sí solo se añadió a la palabra “Callao” y tomó forma y fondo, el grito ahora histórico de...”Chin….Pun….Callao”, que abarcaba el nombre del club y del puerto. A los gritos de “¡Viva el Atlético Chalaco!”, o de “¡Viva el Buenos Aires, Callao!”, o de “¡Viva el Jorge Chávez, Callao!”... Al ¡Viva!, se impuso el “¡Chin… Pun…Callao!”
Otros han tratado de igualar o de plagiar esas clarinadas del deportismo chalaco, pero no lo han conseguido, porque copiado resulta ridículo y no responde al énfasis que cada porteño sabe poner en ellas en el momento en que las lanza para llevar al atleta que disputa el triunfo, ese soplo vivificante y reparador que los transforma en el instante álgido de la lucha; y rehaciéndolo, lo conduce a la victoria, cuando se presume el peligro de la derrota.
Chin… Pun”, no es, pues, un grito importado de fuera ni tomado de extraña institución. No es cierto que lo hayamos tomado de extraña institución. No es cierto que lo hayamos hecho nuestro a raíz del arribo de la Fragata Argentina “Presidente Sarmiento”, allá por el año 1912, como lo afirman algunos muy dispuestos siempre para otorgar al extranjero iniciativas, honores, talento, restándole al nacional todas sus condiciones, virtudes y saber. “Chin …Pun”, es nuestro; es una exclamación que brota espontánea y resuelta del pecho del aficionado chalaco, que supo adaptarla al oírla, cuando se ponía a prueba el valor y el buen nombre de sus caudillos que disputaron leal y caballerescamente el éxito en el ánfora y fuera de ella, inculcando las convicciones que heredaran, y dejándolas luego como atávica ley a su pueblo, a este pueblo chalaco, siempre libre, siempre rebelde, siempre noble, siempre activo…”
Callao Querido considera muy interesante las explicaciones de don Néstor Gambeta respecto a la expresión CHIN PUN CALLAO (con enes finales), y, lógicamente, respeta su opinión a la vez que se reserva ofrecer en otra oportunidad otros enfoques y otros dictámenes.
Mitin Político en los años 30 en el Jr. Constitución
La expresión musical de nuestra historia e identidad se refleja a través de nuestro Himno al Callao, el cual como resumen de nuestra historia se entona en las actuaciones cívicas. Aquí debemos reflexionar acerca de la originalidad de las letras de nuestro himno, que a través de la historia no ha sido aceptada su creación en el siglo XIX.
En el año 1866, por decreto supremo se estableció que la “Canción Chalaca” cuya letra compuesta por Don Ricardo Palma, sea entonada en las celebraciones de las Fiestas Patrias de ese año y en adelante en toda celebración de actividad pública en la Provincia Constitucional del Callao, cuya letra transcribimos a continuación:
CANCIÓN CHALACA
CORO
Paz al pueblo que acata las leyes
Gloria al pueblo que supo jurar
Tumba ser de tiranos y reyes
Que lo quieren sin fe dominar.
PRIMERA ESTROFA
Alza pueblo chalaco la frente
Que la luz de los libres, divina,
De tus aras la marcha ilumina
Y te anuncia feliz porvenir.
Si atrevido trocarte en esclavo,
Intentase tirano cobarde,
De patriótico arrojo haz alarde,
Prefiriendo a tal mengua morir.
SEGUNDA ESTROFA
De discordias civiles los hechos
No consigne en sus hojas tu historia,
Porque cifra el chalaco su gloria
En la paz, el progreso y la unión.
Signo hermoso de eterna concordia,
Bicolor pabellón, te adoramos,
Y la muerte fatal preferimos
A que lo aje extranjera invasión.
TERCERA ESTROFA
No a ser sierva de reyes se humilla
Quien venció a las legiones de España;
Guerra a aquél que en su estrépida saña
Atentase a la patria deidad.
Tú no tienes ¡Oh pueblo invencible!
Más señor que la ley justiciera,
Y has jurado al alzar tu bandera
¡Libertad, Libertad, Libertad!
 
 
Don Ricardo Palma 1833-1919
El 20 de Agosto de 1936, se entonó la nueva versión del Himno Oficial del Callao, compuesto por Micaela Gonzáles Andréu, ganadora del concurso promovido por la Comisión Pro-Primer Centenario de la Autonomía Política del Callao, que presidió el Comandante don José C. Valega, alcalde de la Provincia en ese tiempo.
A este concurso se presentaron varios músicos chalacos; realizándose las selecciones musicales en el domicilio del Dr. Teodoro Casana Robles, pues la familia tenía piano, saliendo elegida la composición presentada por la profesora Srta. Micaela Gonzáles Andréu, nacida en El Callao, precisamente el 20 de agosto de 1914 -(información publicada en el diario “El Universal”, fechado en agosto de 1936)-. La Comisión del Concejo mandó imprimir una cantidad de partituras para piano, que fueron repartidas en las escuelas de segundo grado. La Banda de Músicos de la Escuela Naval del Perú se encargó de la instrumentación para veinte instrumentos. El Concejo Provincial del Callao solicitó del Ministerio de Educación que diera permiso a un grupo de profesores de música y canto con objeto que colaborara con la autora en la enseñanza del Himno Chalaco. La primera Escuela que recibió a la Comisión de Enseñanza fue la Escuela N° 474, dirigida por la Sra. Rosa Taramona de Taboada, donde trabajaba la Srta. Ana La Hoz de Mendoza, de muy buena voz, la que colaboró con mucho cariño en la preparación del himno y aún en la actualidad, cuando este himno cumple 50 años de creado, sigue colaborando y brindando su apoyo en su difusión total. El día inaugural se solemnizó en la Plaza Grau y los alumnos asistentes de todas las escuelas del Callao cantaron el himno acompañados por la Banda de la Escuela Naval del Perú, cuya letra transcribimos a continuación:
HIMNO AL CALLAO
Salve Puerto que al son te adormeces,
cadencioso de la onda del mar.
Salve pueblo que ilustras la historia
del Perú con acciones sin par.
El Callao, El Callao,
siempre el nido será del valor.
El Callao, El Callao
de lo bello, el talento, el honor.
ESTROFA
Adornado de frescos laureles,
sustentó nuestra cuna infantil,
en nuestra alma su nombre ha esculpido
el amor hondamente el buril.
Para ornar sus caminos las flores,
pocas son del peruano pensil
el camino que lleva a la gloria
que abre en mayo este pueblo viril.
 
Callao Querido considera muy importante que nuestros lectores evalúen el mensaje que representa cada una de estas letras de canciones dedicadas al Callao y saquen sus conclusiones de cual de estas composiciones se adaptan más a nuestra historia y como tal merezcan ser el verdadero himno del Callao.
Hoy en día, en circunstancias que la educación escolar adolece de la formación de valores cívicos y ético-morales, nuestra Provincia Constitucional se ve tremendamente desorientada ante el desorden urbanístico y atentado contra la belleza y ornato de la ciudad originado por las pintas que nuestras autoridades locales realizan a favor de su partido e, incluso, hasta de su propia persona, pintarrajeando los lugares más recónditos, confundiendo a la ciudadanía (sobre todo a los niños y a jóvenes) con sus embadurnamientos políticos de ejecución de obras y mensajes partidarios de dudosa virtud.
El color verde y amarillo, institucionalizado políticamente
 por las autoridades chalacas hace 15 años
 
El color verde y amarillo, institucionalizado políticamente
 por las autoridades chalacas hace 15 años
 
Reflexiones para los chalacos
¿Quiénes subvencionan ese tipo de pintas que lo único que hacen es vender subliminalmente los colores políticos de campañas electorales? ¿El valor de estos deterioros los cubre el fondo municipal o regional? ¿Es correcto que las autoridades empleen fondos públicos para su auto propaganda? ¿Es correcto que, ocupando cargos públicos teóricamente inviertan dinero de su bolsillo, público o privado, para su autopromoción? ¿Es aceptable que ciertas autoridades se aprovechen hasta de los carnets de la Biblioteca Municipal, de la vestimenta de los empleados de baja policía y de los camiones cisterna para colocar su propio nombre? ¿Es correcto todo esto, preguntamos? Además: ¿Cuál es la formación que tienen los estudiantes sobre los emblemas, colores institucionales e historia de nuestro Callao? ¿Existe dentro del ámbito escolar plan curricular educativo y de temas relacionados a la identidad chalaca y de los valores ético-morales?
Frase que etimológicamente es patrimonio de la Historia del Callao
Como última cuestión: ¿Es correcto que una frase emblemática e histórica, patrimonio del Callao, haya sido acaparada como divisa política, a tal extremo que en los actos oficiales públicos se halle impedida de ser utilizada como expresión de coraje por parte de los chalacos?
Todas estas interrogantes se hacen los ciudadanos de nuestra Ciudad Primer Puerto de la República del Perú, aquéllos que identificados con nuestra historia porteña abogamos por la finalización de tamaño atropello cultural a nuestro Callao querido.
De manera pacífica, alturada, nos anima y alienta el ideal de chalaquizar y moralizar al Callao.
Tenemos el propósito de no abdicar hasta lograr un dispositivo legal que prohíba tal tipo de abuso institucionalizado:
- ¡NO A LAS PINTAS POLÍTICAS EN NUESTRAS CALLES CHALACAS! ...
- ¡PROTEJAMOS EL ORNATO Y RESPETABILIDAD PÚBLICOS DEL CALLAO, QUE ES PATRIMONIO DE TODOS SIN EXCEPCIÓN!
- ¡RECUPEREMOS COMO PATRIMONIO CULTURAL NUESTRA EXPRESIÓN "!CHIN PUN!...CALLAO!"
- ¡RESPETEMOS LA ORIGINABILIDAD DE NUESTRO HIMNO, RECONOCIENDO EL APROBADO POR ACUERDO MUNICIPAL, CUYO AUTOR ES DON RICARDO PALMA! 
Protesta de cultores del arte graffiti en El Callao,
reclamando el cese de las pintas políticas en nuestra Ciudad Portuaria
 
Nota Editorial del lunes 05 de noviembre del 2012.
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 

 
 
 
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