domingo, agosto 26

Narraciones Porteñas : La identidad Chalaca


LA IDENTIDAD CHALACA

Hace algunos años cuando doblaba por la esquina donde se ubica mi recién emperifollada vivienda encontraba un gran pampón, el cual era utilizado como canchita de fulbito por ansiosos jovenzuelos que ahora terminaron siendo obesos padres de familia. A la espalda de ese antiguo lugar de reunión de improvisados y hábiles deportistas de barrio se ubicaba un gran mercado que carecía de servicios básicos y donde mi dedicada madre asistía religiosamente a las nueve de la mañana para hacer las compras del día. Al lado de este destartalado mercado había otra gran extensión de terreno que bien se podía calificar como un inmenso fumadero cercado por viejas paredes pintadas con campaña electoral y que irónicamente, como si fuera una broma de mal gusto, decía: “Aquí se construirá la próxima Comisaría de la Ciudad del Pescador”.
A la espalda de ese infecundo paisaje estaba el punto de venta de drogas más grande que tenía esta urbanización, el cual, mismo boulevard o feria, era visitado por consumidores y neófitos curiosos por experimentar los efectos de los estupefacientes en el cuerpo las 24 horas del día. En una esquina de este lugar había un inmenso retrato de Héctor Lavoe, el cual ahora es escoltado por los rostros de Celia Cruz y de Tego Calderón, sin duda su autor, un talentoso y anónimo artista de la calle. En la otra, un grupo de quince personas, vestidas con ropas anchas, gorros y zapatillas desamarradas, de mirada esquiva pero desafiante si se les observaba demasiado, prestos a ofrecer el producto de su sustento y fuertemente resguardados por armas de fuego y cuchillos que escondían debajo de la voluminosa casaca.
Recuerdos de un Callao en el que crecí y en cual mis padres me decían: “Hijo, cuídate, no te vayas muy lejos”.
Obviamente la apatía infantil por las palabras protectoras de los padres esfumaba las preocupaciones. Me reunía a jugar con muchos amigos, algunos de los cuales con el pasar de los años cayeron en la vida delictiva y otros llegaron a ser personas de éxito. Pero todos conservan algo en común: son chalacos.
Generalmente cuando asistíamos a alguna reunión fuera del barrio, específicamente a San Miguel, nos preguntaban de dónde éramos, y nuestras miradas avergonzadas respondían en silencio: ¡Del Callao! ... Ahora eso no sucede.
Progresivamente los chalacos hemos ido ganando un sentimiento que nos une a este terruño porteño. Me aventuro a decir que existe una identidad chalaca, es decir, elementos que identifican al grueso de los habitantes del primer puerto con los cuales se reconocen mutuamente. Pregunto: ¿qué chalaco no ha gritado Chim Pum Callao alguna vez en su vida?, ¿qué chalaco no tiene al menos un familiar del Sport Boys?, ¿qué chalaco no ha sido víctima del clásico comentario?:
- Ah, eres del Callao, supongo que sabrás bailar salsa.
¿Qué chalaco no disfruta del clásico ceviche dominical?; ¿a qué chalaco no lo han observado entero por ser del Callao?; ¿qué chalaco no es “palomilla”?; ¿qué chalaco no ha sido amigo del causita rankeado por los “tombos?; ¿qué chalaco no se ha bañado en La Punta, en Cantolao o en la Arenilla?; ¿a qué chalaco no le han ofrecido una tarjeta de pollada bailable “que estará amenizada con lo último de la salsa y con la rica y helada Cerveza Pilsen Callao”; ¿qué chalaco no ha visitado el Real Felipe y se ha asustado en los Torreones?; ¿a qué chalaco no le ha entrado curiosidad por conocer las instalaciones del histórico estadio Telmo Carbajo después de visitar el Miguel Grau?; ¿qué chalaco no siente orgullo del inmenso Puerto y del navío Humboldt que pisa periódicamente la Antártida?; ¿qué chalaco no ha participado de la fiesta de San Pedro y San Pablo en el Complejo Lizárraga o en el Yahuarhuaca?; ¿qué chalaco no ha sufrido con las canciones de Pedro Otiniano o Iván Cruz?; ¿qué chalaco no ha visto el sumergido submarino Abtao?; ¿qué chalaco no ha tenido entre sus manos una imagen de Sarita Colonia?; ¿qué chalaco no ha asistido a una comisaría debido a un asalto perpetrado en la puerta de su casa?; ¿qué chalaco no ha oído una letrilla de La Progresiva, El Gran Combo, Raphy Leavitt o los Hermanos Lebrón?; ¿qué chalaco no ha enterrado algún ser querido en el Baquíjano?; ¿qué chalaco no ha subido a una combi en la Colonial rumbo a la Av. Saenz Peña (Calle Lima) o al Mercado Central?; ¿qué chalaco antiguo nunca visitó el emblemático Cine Porteño?; ¿qué chalaco no siente regocijo y vanidad al ver el renovado Teatro Municipal?; y por último, ¿qué chalaco no sabe que el 20 de agosto es el día del Callao?
Podría seguir durante muchas líneas más pero creo que quedó claro: los chalacos estamos orgullosos de serlo y a pesar de los graves problemas de la única Provincia Constitucional del Perú siempre conservaremos esa alegría característica que nos distingue. Por algo allí, en la esquina de mi multifamiliar hogar, donde había un pampón hoy se levanta un Centro de Educación Ocupacional; en ese arruinado mercado hoy se encumbra una próspera asociación de comerciantes adinerados; allí en el extenso fumadero se erige imponente el nuevo Complejo Policial de la Ciudad del Pescador; allí donde había un boulevard de la droga, hoy se exhibe una inmensa reja y vigilancia privada pagada por los mismos vecinos; y en lugar de los quince micro – comercializadores hoy juegan 16 niños al fútbol pistero.
Lo que queda del antiguo barrio en el que crecí son las imágenes de los héroes musicales, los cuales, eternamente permanecerán como un ejemplo vivo, sobre todo en las paredes, de aquella ignorada y orgullosa identidad chalaca, la que hoy 20 de agosto celebra su aniversario.
¡¡¡Chim Pum Callao!!!

Luis Chávez Lara

Fuente:
http://elinquisidorperpetuo.blogspot.com/2010/08/la-identidad-chalaca.html

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