lunes, abril 30

Callao Historia : El 1ro. de Mayo y la Jornada de las 8 horas en la Historia del Callao


El 1ro. de Mayo y la Jornada de las 8 horas en la Historia del Callao

Desde 1904 se había acentuado en el Primer Puerto la lucha por mejores condiciones de trabajo y salarios adecuados. El poder adquisitivo de la moneda se deterioraba día a día a causa del alza desmedida de las subsistencias y lo que se ganaba afectaba principalmente a la clase obrera.
Fleteros en el Muelle Darsena / Archivo de Imágenes:  Humberto Curarrino - del Callao
En el puerto, según Glicerio Tassara en un artículo publicado en Los Parias, el jornal era así: S/.1.30 a 2.00 percibían los obreros de la factoría Guadalupe; S/.2.30 los del Muelle y Dársena; S/.1.20 los de El Águila, aunque había también en este último caso, según la posición que ocupaban en la empresa, quienes ganaban S/.1.40 y S/.3.00. El jornal más bajo sin embargo no alcanzaba para hacer frente a los gastos que ocasionaba mantener una familia compuesta por tres y cuatro personas.
Muelle Darsena en 1930 aproximadamente / Archivo de Imágen: Milciadez Nieto Pérez - La Punta

Ese año de 1904 los trabajadores decidieron declararse en huelga. Era el 1º de Mayo y sus iniciadores fueron los jornaleros del muelle. A ellos se plegaron los gavieros, los servidores del ferrocarril Inglés y de la factoría El Águila. Hubo reuniones con el prefecto, con los representantes de las compañías navieras y de todos aquellos que de una u otra manera estaban involucrados en el problema. El 2 de Mayo recibieron apoyo del gremio de panaderos Estrella del Perú. La Cámara de Comercio, ante la evolución de los acontecimientos, intervino en el afán de solucionar el conflicto y, el gobierno, a través de uno de sus ministros, hizo conocer su posición. Al correr de los días, el 19, hubo disturbios en las calles y el 20 el general Andrés Avelino Cáceres –ex presidente de la República y héroe de la Campaña de la Breña – viajó al Callao para comunicar a los huelguistas que el problema se había solucionado. Hubo mejoras en los salarios, pero el horario quedó inamovible.
Mitin de los Jornaleros frente a la Prefectura en el Jirón Constitución

Archivo Humberto Currarino - del Callao
En 1912, en el mes de noviembre, la Unión General de Jornaleros del Callao y la Federación Obrera Regional del Perú (esta con sede en Lima), plantearon serios reclamos por los excesivos horarios de trabajo. Sus puntos de vista fueron expuestos en el Teatro Municipal del Puerto.
El 15 de diciembre se llevó a cabo otra asamblea en la Carpa de moda (ubicada en la Plazuela Casanave – Óvalo del Callao), y el día 25, tuvo lugar una tercera reunión. Tal era el ambiente cuando el 5 de enero de 1913 se dejó escuchar el pedido de 8 horas de trabajo y no 12, como se venía exigiendo a los trabajadores.

Cinema "La Gran Carpa" ubicado en la Plazuela Casanave "Ovalo Callao" a inicios del siglo XX
El 7 de Enero de 1913, los estibadores se declararon en huelga y en el art. 20 de su pliego de reclamos pedían la “IMPLANTACIÓN DE LA JORNADA DE OCHO HORAS” Las Cías de Vapores se reunieron en el local de la Cia Inglesa para contemplar los 11 puntos que contenía dicho pliego, y, en honor a la verdad, hay que decir que particularmente sobre el 2do. Punto, o sea la jornada de ocho horas, no hubo objeción alguna: la aceptaron de plano.
En carta dirigida al Presidente del Centro Unión de Estibadores, por los representantes de las Cías. de Vapores (no existía aún el Cte. de Empresas Navieras – que fue fundado en 1920 y publicado en “El Comercio” en la mañana del 7 – se lee lo siguiente:
Art. 2º.- Se aceptarán las ocho horas de trabajo siempre que los jornaleros se comprometan a comenzar sus operaciones en los lugares que sean designados, en tierra o en la bahía, de 7 a.m. en punto a 11 a.m. en punto y de 1 h. p.m. en punto a 5 h. p.m., que eran las horas de reglamento.
Trabajadores del Muelle Darsena / Archivo Humberto Currarino - del Callao
Y en un editorial de “El Comercio” del día 8, decía al respecto: “quieren los peones del Callao establecer la jornada de ocho horas; y este problema materia de discusiones y de exigencias, de simples anhelos y de meras expectativas del proletariado en pueblos de Europa y América más adelantados que el nuestro, se halla hoy, virtualmente resuelto  a favor de los trabajadores del Perú; pues como se sabe las empresas afectadas por la huelga del Callao se manifiestan dispuestas a aceptar la reducción de las 8 horas diarias.
La única que se opuso fue la Empresa del Muelle y Dársena amparada por el texto de su contrato, que fijaba 9 horas diarias de trabajo. La supresión de una hora, como es natural le irrogaba serios perjuicios.
La situación fue complicándose día a día y los estibadores, impertérritos en sus exigencias y amparados en parte en la delicada situación política que existía entonces, obtuvieron algunas adhesiones de otros centros de trabajo que se solidarizaron con ellos y a su vez presentaron sus respectivos pliegos de reclamos.
La amenaza del paro general se hizo evidente: se solucionaba un conflicto y al punto se presentaba otro. El tiempo transcurría y no había medio de llegar a una solución inmediata.
Se paralizó el trabajo marítimo. Algunas fábricas como la del Águila, la del FF. Central, la Cervecería Nacional y otras tuvieron que cerrar sus puertas.
Los obreros en Lima también comenzaron a moverse. Las Empresas Eléctricas suspendieron el tráfico, hubo huelga de motoristas y hasta faltó la luz y el agua. La agitación en las clases trabajadoras era cada vez más intensa y se hacía más grave. Se produjeron algunos actos de violencia, particularmente en la Plaza de abastos y, el estado de alarma era general.
Algunos mal intencionados prendieron fuego, en la noche, a dos o tres encomenderías de asiáticos en la Calle de Lima.
Con este problema que venía ya desde el año 1912 con ligeras alternativas, y con paralizaciones en el trabajo más o menos largas y bulliciosas, no había posibilidad de llegar a un acuerdo razonable y definitivo entre jefes y operarios.

Marchas de protesta en el Jirón Constitución 1912 / Archivo Humberto Currarino -  del Callao
Renunció entonces el prefecto del Callao Dr. Cárdenas García – por haber agotado, sin ningún resultado – decía él en su renuncia – todos los medios de avenimiento entre los patrones y obreros y el Gobierno se vio en la necesidad de nombrar en su reemplazo al teniente coronel Dn. Edgardo Arenas, que, a la sazón, desempeñaba la jefatura de la Artillería de Costa.
El Comandante Arenas adoptó medidas enérgicas, hizo conducir presos a bordo del Iquitos a los promotores de los escándalos y atentados cometidos, y se consiguió así que renaciese la tranquilidad y todos volviesen a sus labores habituales.
La Cámara de Comercio se hizo eco de la gratitud del Callao y, a nombre de este, ofreció un gran banquete al Prefecto Teniente Coronel Arenas, en el antiguo Club Inglés, al que concurrió un personal tan numeroso como distinguido.
En esa ocasión tocó también desempeñar papel muy importante al Cte.. –hoy General – Manuel Beingolea, como sub jefe, si mal no recuerdo, del grupo de artillería de Costa y Jefe de la Plaza habiendo contribuido poderosamente con sus medidas acertadas y enérgicas a la normalidad del tráfico.
Hechos los planteamientos ante las compañías navieras y los empresarios del Dársena, fueron rechazados por los gerentes. El día 7 se declaró la huelga ante la negativa de ser escuchados en su demanda de horarios, de mejores ingresos, de asistencia médica y otros.
Nuevos gremios apoyaron a los jornaleros mediante la creación de la Caja de Resistencia que les permitiese hacer frente a las necesidades cotidianas de sus hogares.  
El 10 de enero el presidente Guillermo Enrique Billinghurst Angulo (1851-1915) expidió una resolución que señalaba el nuevo horario de trabajo de 7 a.m. a 11 a.m. y de 1. P.m. a 5 p.m. El documento manifestaba:
Lima, 10 de enero de 1913
Vista la petición formulada por los jornaleros del Muelle Dársena del Callao; y encontrándose justificadas las razones que exponen, se resuelve:
Desde la fecha la descarga en el Muelle Dársena y en la bahía del Callao tendrá lugar durante los días útiles del año, desde las 07 am. hasta las 11 am.; y desde la 1 pm. hasta las 5 pm., derogándose en esta parte el artículo 31 del Reglamento aprobado por Resolución Suprema del 31 de mayo de 1875.
Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese.
Rúbrica de su Excelencia.- Maldonado
Se consiguió:
a) aumento del 10% sobre los jornales;
b) horario de ocho horas de trabajo;
c) nombramiento de una comisión que formulase el proyecto de un reglamento de trabajo para carga y descarga; y
d) la reanudación de los trabajos que habían quedado paralizados a causa de la huelga.
Debemos decir sin embargo que la jornada de ocho horas, como queda expuesto, no se hizo extensiva para todos los trabajadores del Perú sino exclusivamente para los jornaleros del Callao.
Recopilación:
Marcial Pérez Ponce de León
Fuente de información:
Diario El Callao Edición Centenario del Callao 20 de Agosto de 1936
Revista Variedades 1913
El Callao su historia en imágenes 1993
Fondo de Publicaciones Dirección de Intereses Marítimos

 




4 comentarios:

  1. Excelente artículo. ¿Alguna recomendación sobre dónde puedo encontrar más información sobre la huelga de los estibadores del Callao en 1904?

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  2. Es grato saber que la historia de Nuestro Callao esta en nuestros corazones. Podrias por favor encontrar alguna cronica de la familia Ruiz mas conocidos como "los Rifles" te lo agradeceria

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  3. La población chalaca demostró ser gente que no se deja vulnerar sus derechos. Felicitaciones por este artículo.
    Deseo contar con la biografía de Micaela Gonzáles Andréu.

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  4. huevones no pude encontrar lo que necsitaba

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