A mi
inolvidable Maestro don Jorge Lizarbe
Valiente
Chalaco
ejemplar
17.04.1914
- 12.12.1975
In memóriam
Sí, decididamente he tenido
suerte en la vida, también y especialmente con mis maestros de escuela en mis
años de niñez y adolescencia, sobre quienes iré esbozando semblanzas acerca de
su genio y figura. Una de las personalidades más atrayentes, que recuerdo
envuelta en una aura mágica, fue Jorge Lizarbe Valiente. El profesor Lizarbe
fue hombre de saber enciclopédico, de erudición y cultura profundas, amplias y
elevadas. Sin esfuerzo, de manera natural y espontánea llegaba a su auditorio
fuera éste de la condición y nivel que fuese. Siempre ecuánime, equilibrado,
imparcial, respetuoso y objetivo, por decir lo menos acerca de su persona y de
su condición de formador de espíritus e inteligencias.
Estando en primero y segundo
de secundaria en el Colegio Italiano Santa Margarita (escuela por la que
profeso mucho cariño habida cuenta que allí me inicié en jardín de la infancia
en 1949), por el 1957 y 1958, respectivamente, lo tuvimos de maestro de
gramática y literatura, disciplinas que, bajo su apostolado y docencia,
catamos, paladeamos y degustamos con verdadera satisfacción.
Colegio
Santa Margarita ubicado en la Calle Alberto Secada cuadra 2
Nuestro salón de clase
ubicábase en el segundo piso, subiendo las escaleras de madera, a la mano
derecha. Quedaba justo encima de la capilla que por entonces disponía el
colegio.
Estudiaba con nosotros un
excelente muchacho de apellido Fiestas, un poco lento en reacciones quizás por
su mayor estatura en comparación con los demás. Fiestas era flemático,
parsimonioso. Los compañeros, juguetones como son los jóvenes, e hirientes
cuando quieren serlo, lo rebautizaron con el apodo de Burro con sueño. En cierta ocasión que el profesor Lizarbe le
formuló una pregunta, como quiera que Fiestas tomase su tiempo en responderla,
por lo bajo algunas voces, quedamente, asordinadamente, le soltaron el
consabido mote de Burro con sueño,
promoviendo risas, con el resultante nerviosismo de nuestro apreciado
compañero, que quedó cohibido.
Cuerpo
Docente del Colegio Santa Margarita en el año 1957, con el Profesor Dr. Lizarbe
an la tercera fila al centro.
- ¿Por qué te callaste? -le preguntó el profesor Lizarbe-;
- Porque me están molestando ...
- ¿Te están molestando, dices?
- Sí ... Me están molestando.
- No hagas caso. Si tú haces caso das a entender que te afecta lo que
piensan y dicen de ti. Lo que los demás piensan y dicen de uno es sólo la
opinión particular de ellos, no la tuya. Uno debe guiarse por el propio
criterio ... Jamás pierdas la ecuanimidad y compostura, y tampoco permitas que
cambie la disposición de tus gestos, ni demude tu semblante ... Te contaré un
suceso de mi vida y tú mismo juzgarás las cosas.
Dicho esto, nuestro Maestro
se tomó la barbilla con la mano derecha, guardó silencio unos segundos, como
reflexionando, como escudriñando en el ámbito interno experiencias personales
remotas, esperando el instante y lugar más idóneo para iniciar su narración,
que abordó de esta manera:
- Sabrás, amigo Fiestas, que desde joven hube de trabajar porque la
situación así lo exigía ... ¿En qué, me preguntarás?: En lo que fuera, porque
del trabajo honrado nadie debe avergonzarse. Uno debe avergonzarse de la mendacidad,
del pillaje, del doblez, de la falta de honradez. Yo empecé en la panificación. Laboré en una panadería y,
como los panes deben estar listos desde muy temprano, salidos de la tahona,
anticipándose a la hora de ingreso al trabajo de la gente, pues hay que amasar
la harina, leudarla, realizar las labores vinculadas a esta actividad y ponerla
a punto, lista para el horno. Toda la faena panificadora es nocturna. Me lavaba
cuando llegaba la mañana, me cambiaba de ropa y me iba temprano a tomar
desayuno, y de allí pues a la escuela, para llegar a la hora y no tardarme.
Habiéndome esforzado durante la noche lógico era que me durmiera en clase, que
pareciera como distraído en las lecciones, y de hecho me dormía, por lo que a
mí también los compañeros me pusieron el sobrenombre de Burro con sueño ...
¿Crees tú que me amilané, que me apoqué o que me sentí desalentado u ofendido?
... ¡Pues no! Yo seguí adelante, estudiando, bregando contra viento y marea,
aprendiendo cosas nuevas, cultivando el espíritu y la inteligencia, porque allí
no hay pierde, porque lo que uno lleva adentro -dijo señalándose con el
índice derecho primero la cabeza y luego el corazón- es algo que nos pertenece, algo que nadie jamás podrá arrebatarnos, y
nos acompañará siempre, mientras vivamos, con la ventaja que se enriquecerá con
los años ... ¡No lo olvides!
- Pasó el tiempo, mi apreciado amigo Fiestas, y cada cual encontró su
camino en este mundo. Pude ingresar en la universidad y alcanzar estudios
superiores, porque para construir en esta vida lo normal y lógico es esforzarse
y tomar las cosas con seriedad. Llegados a este punto, recuerdo que en cierta
ocasión el gremio de panaderos, ante posible huelga reivindicariva para que
fuesen reconocidos derechos laborales, organizó un acto en uno de los cines
teatro del Callao, y, conocedores de mi ascendencia en el oficio – nunca perdí
relación con nadie –, me invitaron para que fuese orador de fondo.
- ¿Conoces el Cine Pacífico; el Cine Avenida, anteriormente llamado
Alfonso Xlll; el Cine Porteño? ... ¿Conoces los demás cines del Callao? ...
¿Si?
Cine
El Pacífico / Archivo Currarino - El Callao
- Sí, profesor -dijo Fiestas-.
- Bueno ... La asamblea se llevó a cabo en el Cine Pacífico. Acudí como
uno debe hacerlo, con actitud positiva, circunspecto, prudente, mesurado. Fui
como uno debe estar siempre: presentable. Presentable en vestimenta y
presentable en modales; respetuoso con uno mismo y respetuoso con los demás.
Fui con mi terno, con mi camisa blanca, con mi corbata ... Yo era así como me
ves ahora, tal vez no alto (que nunca lo fui), pero sí grueso y macizo, porque son características de mi
cuerpo. Lo era menos que ahora, claro ... Antes era más joven y ágil ... Te
agregaré que soy socio fundador del Sport Boys Association, y también fui
jugador de su equipo ... pero ésta es otra historia.
EQUIPO
JUVENIL SBA 1930
Equipo
Juvenil del Sport Boys que se impuso al Independiente Chosica, en 1930, lucirán
por primera vez casaquillas rosadas. Parados Angulo, Ojeda, Mandriotti, Luna,
Larrea, la mascota “Cajamarca”. Prisco Alcalde; hincados Lizarbe, Guillén,
Romero, Alvarez, Lorenzo López, Enrique Aróstegui.
EL EQUIPO CAMPEON JUVENIL DEL SBA EN 1930
Aquí
figura el equipo Campeón Juvenil del Sport Boys de la década del 30.
Aparecen
en la clásica formación Pardo, Mandriotti y Jorge Alcalde, Ojeda, Larrea y
Luna; y en la delantera Lizarbe, Westres, Pajuelo y los hermanos Guillermo y
Enrique Aróstegui
PRIMER
TRIUNFO INTERNACIONAL DEL SBA 1931
El 29
de Setiembre de 1931 el Sport Boys logró su primer triunfo internacional al
imponerse en el Estadio Nacional al Esparta de Tocopilla 3 – 0 . Figuran de pie
Chapell, Lizarbe, Narciso León, Guillermo Aróstegui, Miguel Pacheco, Prisco
Alcalde; hincados Mandriotti, Jorge Alcalde, Aquiles Westres, Guillermo Pardo.
- Prosiguiendo mi relato, te cuento, pues, que hablaron todos los que
debían precederme, y cuando me llegó el turno de hacer uso de la palabra, no
bien hube empezado a pronunciar las primeras frases - todo era silencio, todo
era expectación y expectativa -, cuando uno de balcón, ¡sábelo Dios quien sería
ese burlón y ordinario!, a voz en cuello gritó:
- ¡Cállate, pan de familia!
- Por si tú no lo sabes, Fiestas, el pan de familia era uno de ésos de
molde, no muy largos pero sí anchos, cuadrados, ¡excelente hogaza para
satisfacer a todo un clan! ... Indudablemente, ese chabacano balconero me
encontró similitud con la famosa y popular barra familiar apropiada para el
desayuno y liquidación de cualquier hambre.
- ¡Cállate, pan de familia!, retumbó su voz en toda la sala del cine,
cortándome en medio de una oración, de una frase. Acto seguido, hubo tremenda
explosión de risa, de estruendosas risotadas y alboroto ... Un estallido de
carcajadas duraderas ... ¿Que qué hice yo? ... ¿Me molesté y abandoné el
proscenio?, ¿me fui del escenario cabizbajo, alicaído y consternado?, ¿me
ofendí, me resentí?, ¿le respondí malamente? ... ¡No! ... ¡Nada de eso! ...
¡Nada de eso, mi apreciado amigo Fiestas! ... Sin alterar mi semblante, porque
no había necesidad para transfigurarme, guardé silencio y esperé hasta que la
gente agotara su risa, y, como si nada hubiera sucedido reanudé mi discurso una
vez que la calma retornó a la sala. Al concluirlo fui ovacionado con mucho
entusiasmo, largamente aplaudido por parte del público asistente.
- En cuanto a qué ocurrió después, me parece que hubo una nueva ronda de
conversaciones entre el gremio y los empresarios, y ambas partes llegaron a
acuerdos beneficiosos. Nunca estará demás que repitamos que en esta vida nosotros
siempre debemos proceder con rectitud, con deferencia, con consideración hacia
los demás y hacia uno mismo. Igualmente, siempre y en cualquier momento
habremos de defender el derecho, pero entre éste y la justicia, elegiremos la
justicia.
El Profesor
Dr. Jorge Lizarbe Valiente, condecorado con la medalla de oro, por la
Municipalidad del Callao. El Sr. Alejandro Segura Gordillo, eficiente y
dinámico munícipe chalaco, en momento de colocar la medalla al maestro y
escritor chalaco, que ha escrito las siguientes obras: El Maestro del
Libertador; El Corazón de San Martin; Páginas para la Juventud; El Callao,
Pueblo de Civismo y Tradición.
Todos nos quedamos
pensativos luego que nuestro maestro hubo concluido su discurso. Las razones
generosas poseen la doble virtud del efecto inmediato y del efecto retardado,
diferido, ése que hace su labor y echa raíces a lo largo del tiempo, tanto como
dura la propia vida, por ello nunca nadie olvida las enseñanzas aprendidas en
los años mozos, lo edificante, lo provechoso. Tampoco el conocimiento será
jamás demasiado ni excesivo: el saber no ocupa lugar. Posee la eficacia de
germinar para convertirse en árbol frondoso, en exuberante arboleda, en
ubérrima y hermosa floresta.
Nuestro Maestro don Jorge
Lizarbe Valiente -Pan de Familia-, retomó el hilo de la clase discurriendo ésta
con el encanto y seducción con que las dictaba, hasta que repiqueteó el timbre
para el recreo.
Ricardo
E. Mateo Durand
Tartu
- Estonia
El
Callao - Perú
Sábado
14 de abril de 2012
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