domingo, agosto 3

NOTA EDITORIAL



EDITORIAL ELECTORERA

Los pueblos como las personas por naturaleza presentan determinadas virtudes y defectos, lo que resulta lógico teniendo en cuenta que los primeros son suma de individualidades con sus respectivas particularidades. Corresponde tener en mente que lo general y lo particular se interactúan: lo específico existe en lo universal de la misma manera que lo universal contiene infinitos distintivos sin los cuales no existiría así como se manifiesta. Mas, un pueblo no se forma de simples adiciones mecánicas, maquinales, rígidas, inflexibles ni dadas de una vez para siempre sino de la confluencia de personalidades con potencialidades positivas y negativas peculiares que históricamente determinan sus caracteres e idiosincrasia.

En este ámbito de cotejos también podemos comparar a los pueblos con las familias y sus miembros componentes: en la edad adulta los hijos suelen ser así como fueron el padre y la madre en la vida del hogar; en la niñez, adolescencia y adultez los vástagos reflejan los fundamentos ético-morales y principios expresos y/o tácitos emanados de sus progenitores. Más que con la palabra (que se la lleva el viento), se predica con el ejemplo: por imitación o emulación, por proceso espontáneo, sin  transmitir ni repetir nada oralmente. Resulta concluyente la actitud ante el prójimo y ante la vida. Lo otro, el discurso político y la palabra impresa resultan pura demagogia cuando no se armonizan ni coinciden con los hechos. Los adultos creen que sus hijos no se dan cuenta de las cosas, pero se equivocan. Igual, los gobernantes creen que los ciudadanos son sordos, ciegos y mudos, y tontos por añadidura, lo que no corresponde con la realidad. Lo natural es que de padres virtuosos crezcan hijos virtuosos. De ciudades y países con gobernantes deshonestos inexorablemente se fortalecen grupos sociales sanos que anhelan deshacerse de los impúdicos y desvergonzados. Nadie, y menos los indignos tienen vida política eterna.

 


Cierto aforismo popular nos enseña que los sacos se llenan añadiéndoles granos. De granitos de trigo obtendremos una repleta alforja de cereal.  Paralelamente, el costal de inmundicias se colma saturándolo de pequeñas cochinaditas. Una suciedad aquí, una basurita allá, un desperdicio allá, una biguita escondida no se sabe dónde, y así sucesivamente, forman suculento morral. En términos lingüísticos chalacos, un arañoncito a diestra y una pulidita a siniestra con los años dan fortunas, tanto mejor cuando ciertos personajes se perennizan y apoltronan en la silla concejal, regional o estatal.

 


Llegado al terreno de ilustraciones libres de camuflajes, ¿hasta cuándo el nombre del alcalde o del presidente de la Región del Callao llenarán las superficies de las paredes del Puerto? ... ¿Hasta cuándo se erigirán letreros ora pequeños ora ciclópeos con los nombres de ciertas autoridades afeando el ornato de la ciudad? ... ¿Hasta cuándo los camiones cisterna del Municipio chalaco ostentarán el apelativo de quien se halla de burgomaestre? ... ¿Hasta cuándo los carnets de la esmirriada y ridícula Biblioteca Municipal tendrán impreso el nombre de quien lleva la vara de magistrado cabildante? ... ¿Hasta cuándo las casaquitas del personal de baja policía ostentarán las señas del alcalde? ... ¿Hasta cuándo ... hasta cuándo tanta corrupción? ... El mando prolongado facilita el soborno, el cohecho, la compra de voluntades y demás debilidades colaterales que dan como resultado la endeblez de la autoridad y el consiguiente desgobierno.

 


Luego de pasado el tiempo, ¿a quién responsabilizar por la destrucción del magnífico edificio de la antigua Municipalidad, el mismo que quedaba en la Calle Daniel Nieto, a un paso del Real Felipe, siendo desde entonces minúscula plazuelucha alegría de perros, gatos y borrachos? ... ¿Quién rinde cuentas de las cercas puestas alrededor de parques para luego retirarlas y vueltas a poner? ... ¿ Y de los bancos instalados en la Calle Lima para después ser sacados? ... ¿A quién responsabilizar por la destrucción de la Pérgola del Malecón? ... ¿A quién pedirle cuentas por abatir el edificio de la Cervecería de la Calle Lima y hacernos creer que reemplazarlo por playa de estacionamiento significaba adelanto y progreso para El Callao? ... ¡¿A quién?!.......... y en que parte del Callao anda la Justicia?, que se le hecha de menos........ es que sabrán ustedes donde anduviera? o es que también se contamino con el plomo de nuestro Puerto?
 
 

Aunque en algunas latitudes con frecuencia los sufragios sean o parezcan simple folklor y consulta intrascendente, bueno sería recordar que se trata de una de las manifestaciones importantes de auscultar el pensar y sentir populares. Más todavía: de inventariar lo realizado, de tomar conciencia de lo ya hecho y, a partir de aquí vislumbrar con mayor claridad lo que se pueda salvar dibujando los objetivos alcanzables reales y cuáles serán los pasos para su consecución, así como los personajes en juego para lograr tales perspectivas.

 


El Callao es tanto Primer Puerto Marítimo como Aeropuerto Internacional primero en jerarquía de la República del Perú, productor de rentas e ingresos sustanciales que habría que emplear en conservarlo y embellecerlo, en la inversión en pro de la elevación de vida y cultura de sus ciudadanos, no en desvíos que nada tienen que ver con los intereses de su pueblo.

El tiempo deja al descubierto y en notoria desnudez capacidades e insuficiencias de todos sin excepción, en especial de los hombres públicos, expuestos como se hallan en vitrina ante sus respectivos pueblos. En actividad tan desgastadora como la política, como la administración de una sociedad, con sus innumerables peligros de descomposición y podredumbre, no es posible ni recomendable que las autoridades se perpetúen como sucede a cada paso. Así, con madurez y juicio el pueblo del Callao debe retomar la parte que le corresponde en la vigilancia cotidiana, en el control en la administración de las cosas que le competen directamente, y aprovechar las elecciones para imponer correctivos y cambios allí donde convenga. El compadrazgo, la componenda, la corruptela de las jefaturas llegan a su fin cuando un pueblo que se respeta se compromete y asume sus propios asuntos ciudadanos.

 

Los Editores de CQ



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