Segunda
Bandera Peruana
Finalmente, el primer
Congreso Constituyente del a República reunido el 24 de febrero de 1825, a
propuesta del prócer Francisco Javier Mariátegui y Tellería (1793-1884) “...votó y aprobó que se adoptasen por la
República del Perú, la Bandera, Estandarte y Escarapela designados por el
Decreto Provisorio...” (De Torre Tagle, a 31 de Mayo de 1822).
Esta Ley promulgada por don
Simón Bolívar el 25 de febrero de 1825, estableció: “El Pabellón y Bandera Nacionales se compondrán de tres fajas
verticales, las dos extremas encarnadas y la intermedia blanca…”
La
tercera y definitiva Bandera Peruana
El primer Escudo de Armas
del Perú fue concebido por el Generalísimo don José
de San Martín, mediante el mismo Decreto de 21 de octubre de 1820, que creaba
la Bandera Nacional, diseñando al Escudo como “...una corona de laurel ovalada y dentro de ella el Sol, saliendo por
detrás de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo. El Escudo
puede ser pintado o bordado, pero conservando cada objeto con sus colores, a
saber: la corona de laurel ha de ser verde, y atada en la parte inferior con
una cinta de color oro; azul la parte superior, que representa el firmamento;
amarillo el Sol con sus rayos; las montañas de un color pardo oscuro, y el mar
entre azul y verde”.
Primer
Escudo Peruano
El 25 de febrero de 1825, el
Congreso Constituyente del Perú, presidido por don José Gregorio Fernández de Paredes
y Ayala (1778-1839), dicta nueva Ley estableciendo lo siguiente: "Considerando que es necesario fijar el
escudo de armas que distinga a la Nación, se decreta: Las armas de la Nación
Peruana constarán de un escudo dividido en tres campos: uno azul celeste a la
derecha, que llevará una vicuña mirando al interior; otro blanco a la
izquierda, donde se colocará el árbol de la Quinua, y otro inferior y más
pequeño, en que se verá una Cornucopia derramando monedas, significándose con
estos símbolos las preciosidades del Perú en los tres reinos naturales.
El
Escudo tendrá por timbre una corona cívica, vista de plano, e irá acompañado en
cada lado de una bandera y un estandarte de los colores nacionales".
Segundo
Escudo Peruano
Finalmente, luego de su
establecimiento en 1825, el escudo fue ligeramente modificado mediante el
Decreto Ley Nº11323 dado el 31 de marzo de 1950 por don Manuel A. Odría
Amoretti (1897-1974), entonces Presidente de la Junta Militar de Gobierno.
Tercer
y definitivo Escudo Peruano
El escudo de nuestra capital
fue otorgado a Lima el 7 de diciembre de 1537 a solicitud del regidor limeño don
Hernando de Cevallos, y conferida por Real Cédula firmada en Valladolid por el
Emperador Carlos V y su madre, la Reina Juana la Loca, hija de los Reyes
Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Fue diseñado y escrito en
pergamino de cuero y estampado con el real sello de cera de S.M. y firma de su
real nombre; luego, guardado en el Archivo del Cabildo. La Cédula ha sido
transcrita en el libro 3ro. de Cédulas y Provisiones, 1a. parte, folio 17
correspondiente al Archivo del Municipio de Lima.
Las letras situadas fuera
del blasón “IK” son las iniciales de Ioana
y Karolus, Juana y Carlos. Junto con las estrellas de los Reyes Magos en su
orla lleva como divisa en latín: “Hoc signum vere regum est”,
traducido al castellano: “Este es el verdadero signo de los reyes”.
Protocolarmente llaman a Lima "La
muy Noble, muy Insigne y muy Leal Ciudad de los Reyes del Perú". La
Lima de entonces, o Tres Veces Coronada Ciudad de los Reyes del Perú, como se le
conocía, debió su apelativo al hecho de haber sido fundada el 18 de enero
(1535) del antiguo calendario, el juliano -antecesor del actual, el
gregoriano-, día en que por aquellos tiempos ya correspondía con la festividad
de Epifanía, y de los Tres Reyes Magos, según la tradición católica.
Las águilas de y a ambos
lados muestran el poderío del reino mientras que las coronas representan a los
reyes protectores. La estrella grande encima de las cabezas de las águilas es
la estrella que predice el destino. El color amarillo del pendón de la ciudad representa
la religión católica. El gonfalón de la ciudad es del mismo color que el pendón
del Santo Padre Jefe de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Las tres
coronas, repetimos, son por las tres veces coronada Villa, que religiosamente
induce a la presencia de los tres Reyes Magos, con la estrella que se encuentra
encima de las tres coronas. La estrella de Belén es muy simbólica por la
naturaleza católica y apostólica de los Reyes de España.
Escudo
de la Ciudad de Lima
En cuanto a nuestro escudo
chalaco, símbolo permanente adoptado en 1936, por el historiador Dr. Teodoro Casana Robles,
y declarado Emblema Oficial con motivo de celebrarse el primer centenario de la
autonomía política de la Provincia Constitucional del Callao, tiene su origen en la primera medalla del
Callao conferida según decreto del 21 de setiembre de 1821, dado por el
protector don José de San Martín, a raíz de la capitulación de las tropas del
General Rodil acantonados en la fortaleza del Real Felipe, se concibió la idea
de hacer perdurar este acontecimiento mandando acuñar medallones en la Casa de
la Moneda, ubicada en Lima (1826). El emblema se descifra de la siguiente
manera: un círculo dentro del cual va un torreón del Castillo sosteniendo una
asta en la que flamea el Pabellón Nacional; el Astro Rey relumbra radiante por
doquier y, el mar, que se asoma tranquilo, confirma como acto de fe las glorias
de un pueblo valeroso. La Bandera Nacional representa sobre el torreón el
episodio de la capitulación de la fortaleza del Real Felipe; o sea el último
baluarte en la América del Sur de la dominación española; el Sol de la Libertad
alumbra radiante la causa justa de la Independencia; los laureles significan
también Libertad, Victoria, Heroísmo y Paz.
El escudo diseñado por el
Libertador Simón Bolívar en febrero del año 1826 fue corregido como testimonio
perdurable de la hazaña de los patriotas en el sitio del Callao.
Medalla
de reconocimiento al Callao (1826)
Posteriormente, el 8 de
marzo de 1834, luego del Decreto de la Convención Nacional ocurrido el día 7
del mismo mes, el mariscal y presidente del Perú, don Luis José de Orbegoso y
Moncada (1795-1847), otorgó a la Ciudad del Callao el lema: La
Fiel y Generosa Ciudad del Callao, Asilo de las Leyes y de la Libertad,
con ocasión de la Convención Nacional presidida por don Francisco Xavier Luna
Pizarro Pacheco (1780-1855), y producto del civismo chalaco en la lucha por la
causa libertaria.
Medalla
conmemorativa del Callao (1834)
El Escudo definitivo del
Callao (en el caso que haya algo definitivo en esta vida), tiene como
características: una torre almenada de la que pende el glorioso pabellón
nacional, lo que representa la rendición del enemigo; un Sol radiante, que
significa Libertad; la perspectiva de una mar tranquila, que evidencia un
pueblo libre y los laureles inferiores laterales que es el reconocimiento a sus
ciudadanos que se inmolaron en defensa de los ideales de una patria libre. Esta
es, en suma, la representación del civismo y tradición de nuestro pueblo
porteño.
Escudo
actual del Callao
El 20 de Agosto de 1836, el
Mariscal don Andrés de Santa Cruz y Calahumana (1792-1865), nombra al Callao Provincia
Litoral, con autonomía propia, convirtiéndose esta fecha en su
aniversario político. Sin embargo, sus celebraciones como Provincia Constitucional
se realizan el 22 de abril, fecha que en 1857 la Convención Nacional aprobara
unánimemente para honrar al Primer Puerto con dicho título.
La expresión “Chim Pum Callao” a
través de la historia de nuestro puerto, es el sentir y expresión de los
chalacos que en grupo manifestaban su presencia en reuniones públicas. Con esta
expresión iniciada por un ciudadano gritando a viva voz ¡CHIM PUM! hacía y hace que los demás chalacos presentes respondan
en coro ¡CALLAO!, esto, como grito
de valentía, victoria, logro, fortaleza, firmeza, convicción, orgullo, unión,
etc.
Existen muchas historias
sobre el origen de esta expresión, pero
la que más se asocia a este sentir es la relatada por el Coronel Néstor
Gambetta en su obra literaria del año 1936: “Cosas del Callao”, donde
nos señala que: “Hay que observar la mala escritura de la primera palabra
haciéndolo con “m”, cosa imposible
gramatical y fonéticamente, porque las dos sílabas que completan el grito de
guerra no están unidas, si no que forman dos palabras distintas. De allí que
“Chin” y “Pun”, conserven su propia ortografía y esa fonética algo “achinada” o
parecida al apellido de algún herbolario...
Respecto a su origen, fue en
aquella época (1907) en que fanáticos parciales de don Alberto Secada y de don
Rafael Grau, iban arrastrados por sus queridos caudillos en pos de un ideal
político. Quizá si las huestes de don Alberto supieron primero del grito
legendario, antes que las que obedecían y amaban a don Rafael. Pero en el
transcurso del tiempo, ambas facciones lanzaban en las manifestaciones las dos
primeras palabras de la frase que hoy es la voz de aliento del pueblo chalaco
deportista. No interesa saber sino que entre nosotros el “Chin…
Pun”, cobró vida y creció vigoroso.
Un grupo que viva a su ídolo
por la Matriz, otro grupo que contesta por la plazuela 2 de Mayo. El viento que
se lleva a un lado el eco y el mismo viento, voluble, que del otro lado lo
devuelve. Es una platónica llamada al valor y al sacrificio por su caudillo.
Se buscan los unos a los otros; nadie rehúye el encuentro; entre un mar de
aplausos y de hurras, de arengas y de vivas…, se divisan ya los grupos
contrarios; las gargantas enronquecen; los hombres se agrupan en torno al
candidato que va adelante; los puños se alzan apretados y amenazantes; las
distancias se acortan; estalla la tempestad con furor desconocido, y de pronto
suena el silbido escalofriante de un disparo que sale de la boca de humeante
pistola; se escuchan disparos por varias partes… Pero no todos los disparos van
al aire; un hado fatal ha doblado los férreos músculos de uno o más entusiastas
que se desploman en uno o en otro bando. Los ayes de dolor apagan la fuerza de
la voz vibrante. Algunos cayeron y yacen tendidos, porque las trayectorias de
las balas fueron horizontales y a muy pocos centímetros del suelo.
Las gentes, al comentar
estas luchas, entre “machos”, las
referían con la escena del... “Chin Pun…”, y estas únicas palabras servían para
designar que había ocurrido un choque en el que hicieron tiros al aire o al bulto… Hoy hubo “Chin...Pun”, decía a su
comadre una vecina del Callejón del Pueblo, u otra que más allá comentaba los
resultados de la jornada en la que había tenido destacada actuación fulano o
zutano, fogosos elementos locales dados íntegros por sus candidatos.
Después, los fanáticos
deportistas que en todo tiempo han formado las barras del “Atlético Chalaco”,
al acompañar a sus favoritos en la contienda, con sus valientes rivales de la
capital, no dejaban de llevar consigo algunos medios de hacer “ruido”,
oyéndose a menudo como corolario del “Chin Pun” el tronar de un petardo
que causaba nerviosidad en quienes no sabían ni vislumbraban de dónde salía el polvorazo.
Entonces, por sí solo se añadió a la palabra “Callao” y tomó forma y fondo, el
grito ahora histórico de...”Chin….Pun….Callao”, que abarcaba el
nombre del club y del puerto. A los gritos de “¡Viva el Atlético Chalaco!”,
o de “¡Viva el Buenos Aires, Callao!”, o de “¡Viva el Jorge Chávez, Callao!”...
Al ¡Viva!,
se impuso el “¡Chin… Pun…Callao!”
Otros han tratado de igualar
o de plagiar esas clarinadas del deportismo chalaco, pero no lo han conseguido,
porque copiado resulta ridículo y no responde al énfasis que cada porteño
sabe poner en ellas en el momento en que las lanza para llevar al atleta que
disputa el triunfo, ese soplo vivificante y reparador que los transforma en el
instante álgido de la lucha; y rehaciéndolo, lo conduce a la victoria, cuando
se presume el peligro de la derrota.
“Chin… Pun”, no es, pues,
un grito importado de fuera ni tomado de extraña institución. No es cierto que
lo hayamos tomado de extraña institución. No es cierto que lo hayamos hecho
nuestro a raíz del arribo de la Fragata Argentina “Presidente Sarmiento”, allá
por el año 1912, como lo afirman algunos muy dispuestos siempre para otorgar al
extranjero iniciativas, honores, talento, restándole al nacional todas sus
condiciones, virtudes y saber. “Chin …Pun”, es nuestro; es una exclamación
que brota espontánea y resuelta del pecho del aficionado chalaco, que supo
adaptarla al oírla, cuando se ponía a prueba el valor y el buen nombre de sus
caudillos que disputaron leal y caballerescamente el éxito en el ánfora y fuera
de ella, inculcando las convicciones que heredaran, y dejándolas luego como
atávica ley a su pueblo, a este pueblo chalaco, siempre libre, siempre rebelde,
siempre noble, siempre activo…”
Callao Querido considera
muy interesante las explicaciones de don Néstor Gambeta respecto a la expresión
CHIN
PUN CALLAO (con enes finales), y, lógicamente, respeta su opinión a la
vez que se reserva ofrecer en otra oportunidad otros enfoques y otros
dictámenes.
Mitin
Político en los años 30 en el Jr. Constitución
La expresión musical de
nuestra historia e identidad se refleja a través de nuestro Himno
al Callao, el cual como resumen de nuestra historia se entona en las
actuaciones cívicas. Aquí debemos reflexionar acerca de la originalidad de las
letras de nuestro himno, que a través de la historia no ha sido aceptada su
creación en el siglo XIX.
En el año 1866, por decreto
supremo se estableció que la “Canción Chalaca” cuya letra compuesta por Don
Ricardo Palma, sea entonada en las celebraciones de las Fiestas Patrias de ese
año y en adelante en toda celebración de actividad pública en la Provincia
Constitucional del Callao, cuya letra transcribimos a continuación:
CANCIÓN
CHALACA
CORO
Paz al pueblo que acata las leyes
Gloria al pueblo que supo jurar
Tumba ser de tiranos y reyes
Que lo quieren sin fe dominar.
PRIMERA
ESTROFA
Alza pueblo chalaco la frente
Que la luz de los libres, divina,
De tus aras la marcha ilumina
Y te anuncia feliz porvenir.
Si atrevido trocarte en esclavo,
Intentase tirano cobarde,
De patriótico arrojo haz alarde,
Prefiriendo a tal mengua morir.
SEGUNDA
ESTROFA
De discordias civiles los hechos
No consigne en sus hojas tu historia,
Porque cifra el chalaco su gloria
En la paz, el progreso y la unión.
Signo hermoso de eterna concordia,
Bicolor pabellón, te adoramos,
Y la muerte fatal preferimos
A que lo aje extranjera invasión.
TERCERA
ESTROFA
No a ser sierva de reyes se humilla
Quien venció a las legiones de España;
Guerra a aquél que en su estrépida saña
Atentase a la patria deidad.
Tú no tienes ¡Oh pueblo invencible!
Más señor que la ley justiciera,
Y has jurado al alzar tu bandera
¡Libertad, Libertad, Libertad!
Don
Ricardo Palma 1833-1919
El 20 de Agosto de 1936, se
entonó la nueva versión del Himno Oficial del Callao, compuesto por Micaela
Gonzáles Andréu, ganadora del concurso promovido por la Comisión Pro-Primer
Centenario de la Autonomía Política del Callao, que presidió el Comandante don
José C. Valega, alcalde de la Provincia en ese tiempo.
A este concurso se
presentaron varios músicos chalacos; realizándose las selecciones musicales en
el domicilio del Dr. Teodoro Casana Robles, pues la familia tenía piano,
saliendo elegida la composición presentada por la profesora Srta. Micaela
Gonzáles Andréu, nacida en El Callao, precisamente el 20 de agosto de 1914
-(información publicada en el diario “El Universal”, fechado en agosto de
1936)-. La Comisión del Concejo mandó imprimir una cantidad de partituras para
piano, que fueron repartidas en las escuelas de segundo grado. La Banda de
Músicos de la Escuela Naval del Perú se encargó de la instrumentación para
veinte instrumentos. El Concejo Provincial del Callao solicitó del Ministerio
de Educación que diera permiso a un grupo de profesores de música y canto con
objeto que colaborara con la autora en la enseñanza del Himno Chalaco. La
primera Escuela que recibió a la Comisión de Enseñanza fue la Escuela N° 474,
dirigida por la Sra. Rosa Taramona de Taboada, donde trabajaba la Srta. Ana La
Hoz de Mendoza, de muy buena voz, la que colaboró con mucho cariño en la
preparación del himno y aún en la actualidad, cuando este himno cumple 50 años
de creado, sigue colaborando y brindando su apoyo en su difusión total. El día
inaugural se solemnizó en la Plaza Grau y los alumnos asistentes de todas las
escuelas del Callao cantaron el himno acompañados por la Banda de la Escuela
Naval del Perú, cuya letra transcribimos a continuación:
HIMNO
AL CALLAO
Salve Puerto que al son te adormeces,
cadencioso de la onda del mar.
Salve pueblo que ilustras la historia
del Perú con acciones sin par.
El Callao, El Callao,
siempre el nido será del valor.
El Callao, El Callao
de lo bello, el talento, el honor.
ESTROFA
Adornado de frescos laureles,
sustentó nuestra cuna infantil,
en nuestra alma su nombre ha esculpido
el amor hondamente el buril.
Para ornar sus caminos las flores,
pocas son del peruano pensil
el camino que lleva a la gloria
que abre en mayo este pueblo viril.
Callao
Querido considera muy importante que nuestros lectores evalúen el
mensaje que representa cada una de estas letras de canciones dedicadas al
Callao y saquen sus conclusiones de cual de estas composiciones se adaptan más
a nuestra historia y como tal merezcan ser el verdadero himno del Callao.
Hoy en día, en circunstancias
que la educación escolar adolece de la formación de valores cívicos y
ético-morales, nuestra Provincia Constitucional se ve tremendamente
desorientada ante el desorden urbanístico y atentado contra la belleza y ornato
de la ciudad originado por las pintas que nuestras autoridades locales realizan
a favor de su partido e, incluso, hasta de su propia persona, pintarrajeando
los lugares más recónditos, confundiendo a la ciudadanía (sobre todo a los
niños y a jóvenes) con sus embadurnamientos políticos de ejecución de obras y
mensajes partidarios de dudosa virtud.
El
color verde y amarillo, institucionalizado políticamente
por las autoridades chalacas hace 15 años
El
color verde y amarillo, institucionalizado políticamente
por las autoridades chalacas hace 15 años
Reflexiones
para los chalacos
¿Quiénes subvencionan ese
tipo de pintas que lo único que hacen es vender subliminalmente los colores
políticos de campañas electorales? ¿El valor de estos deterioros los cubre el
fondo municipal o regional? ¿Es correcto que las autoridades empleen fondos
públicos para su auto propaganda? ¿Es correcto que, ocupando cargos públicos
teóricamente inviertan dinero de su bolsillo, público o privado, para su
autopromoción? ¿Es aceptable que ciertas autoridades se aprovechen hasta de los
carnets de la Biblioteca Municipal, de la vestimenta de los empleados de baja
policía y de los camiones cisterna para colocar su propio nombre? ¿Es correcto
todo esto, preguntamos? Además: ¿Cuál es la formación que tienen los
estudiantes sobre los emblemas, colores institucionales e historia de nuestro
Callao? ¿Existe dentro del ámbito escolar plan curricular educativo y de temas
relacionados a la identidad chalaca y de los valores ético-morales?

Frase
que etimológicamente es patrimonio de la Historia del Callao
Como última cuestión: ¿Es
correcto que una frase emblemática e histórica, patrimonio del Callao, haya
sido acaparada como divisa política, a tal extremo que en los actos oficiales
públicos se halle impedida de ser utilizada como expresión de coraje por parte
de los chalacos?
Todas estas interrogantes se
hacen los ciudadanos de nuestra Ciudad Primer Puerto de la República del Perú, aquéllos
que identificados con nuestra historia porteña abogamos por la finalización de
tamaño atropello cultural a nuestro Callao querido.
De manera pacífica,
alturada, nos anima y alienta el ideal de chalaquizar y moralizar al Callao.
Tenemos el propósito de no
abdicar hasta lograr un dispositivo legal que prohíba tal tipo de abuso institucionalizado:
- ¡NO A LAS PINTAS POLÍTICAS EN
NUESTRAS CALLES CHALACAS! ...
- ¡PROTEJAMOS
EL ORNATO Y RESPETABILIDAD PÚBLICOS DEL CALLAO, QUE ES PATRIMONIO DE TODOS SIN
EXCEPCIÓN!
- ¡RECUPEREMOS COMO PATRIMONIO CULTURAL NUESTRA EXPRESIÓN "!CHIN PUN!...CALLAO!"
- ¡RESPETEMOS LA ORIGINABILIDAD DE NUESTRO HIMNO, RECONOCIENDO EL APROBADO POR ACUERDO MUNICIPAL, CUYO AUTOR ES DON RICARDO PALMA!
Protesta
de cultores del arte graffiti en El
Callao,
reclamando
el cese de las pintas políticas en nuestra Ciudad Portuaria
Nota Editorial del lunes
05 de noviembre del 2012.